Reconozcámoslo, la chimenea es el método de calefacción tradicional más romántico que puede existir en el hogar.
La llama que contiene proporciona calor físico y espiritual. Equilibra el cuerpo y la mente, fusionándolos y relajando a todos los que se sientan cerca de ella. Es innegable. Afortunados los que tienen una en casa. Pero, por desgracia, no todo es perfecto.
Tomemos, por ejemplo, el problema de transportar la leña del sótano a casa. Si se vive en la planta baja, todo es mucho más fácil. Pero las dificultades aumentan cuando hay que subir escaleras. Y no estamos hablando del primer piso. Pero hay muchas familias que tienen chimenea y viven en los pisos superiores.
Por supuesto, siempre está el ascensor. Sin embargo, este no es el único problema. Sí, porque, como usted sabe, siempre existe la posibilidad de que haya suciedad en la casa y hay que limpiarlo todo. Además, hay que tener cuidado con la limpieza de la chimenea para no encontrarse con incidentes desagradables que atenten contra la seguridad de la casa y de sus habitantes.
Existe, además, otro problema que mucha gente no considera importante. Hablamos del cristal térmico de la chimenea que se ensucia y, en algunos casos, se vuelve negro. De esta forma, se pierde la magia de la llama de la chimenea. Le explicaremos por qué ocurre esto y, sobre todo, le aconsejaremos sobre cómo eliminar este problema tan molesto.
Antes de descubrir este secreto tan importante, veamos rápidamente por qué ocurre que el cristal se ensucia y se vuelve completamente negro. Y esto se debe a varias razones. En primer lugar, existe la posibilidad de que la chimenea no saque bien el humo hacia arriba. Además, tal vez la leña adquirida no esté bien curada y las temperaturas alcanzadas por las llamas sean bastante bajas.
La consecuencia es tener unos cristales sucios y negros que no dejan lugar a tu imaginación ni a la de los que viven contigo en casa. Pero no temas, porque existe un truco secreto que consiste en utilizar un elemento natural para dejar el cristal como nuevo. Lo primero que hay que hacer es preparar medio litro de agua muy caliente.
En ella, hay que añadir 100 ml de vinagre. Ahora, una vez preparada esta mezcla, debes asegurarte de que la chimenea y el cristal están completamente fríos. Sólo entonces podrá proceder a humedecer un paño con la mezcla y limpiar enérgicamente el cristal con él. Gracias a las propiedades desengrasantes del vinagre, toda la suciedad desaparecerá en un instante. Además, ¡quedará desinfectado!