Cuando se habla de lavavajillas y de electrodomésticos en general, lo primero que se piensa siempre es en su elevadísimo consumo de energía.
Sí, porque todos estos aparatos necesitan mucha energía para funcionar. Y las consecuencias en la factura están a la vista. Sobre todo en este último periodo, en el que los costes de la energía se han disparado. Y ahora, tras las nuevas subidas del pasado mes de octubre, se avecinan nuevas subidas durante la próxima temporada de invierno.
Se esperan más tiempos negros en este sentido. Pero volviendo al lavavajillas, los problemas no sólo tienen que ver con su consumo, sino con algo más, especialmente con los ciclos de lavado y los resultados que se pueden conseguir. Este electrodoméstico ha adquirido una importancia fundamental en la economía doméstica. Permite lavar la vajilla en menos tiempo y sin un gran derroche de agua.
Para obtener resultados óptimos, existen detergentes y limpiadores especiales. Permitirán obtener platos, cubiertos y vasos completamente limpios, sin halos. En la práctica, serán perfectos. A menudo, sin embargo, puede haber un descuido. Uno se convence de que todavía están en casa y en cambio han terminado. Y entonces cunde el pánico total.
Sin embargo, no hay que tener miedo. Se pueden iniciar programas de lavado sin utilizar detergentes químicos, comprados en supermercados u otras tiendas. En su lugar, se puede utilizar otra cosa. De hecho, incluso se puede considerar la posibilidad de decir adiós a las pastillas de uso común y utilizar un producto más natural y saludable. Veámoslo juntos, porque estamos seguros de que será un agradable descubrimiento.
En realidad, hay varias soluciones naturales que se pueden adoptar para lavar la vajilla. Pensemos, por ejemplo, en la posibilidad de fabricar un detergente líquido a partir de limones. Se necesitan ocho para obtener medio litro. Hay que ponerlos en agua, llevarlos a ebullición y continuar hasta que estén blandos. Luego hay que cortarlos en trozos, comprobar que no tengan semillas y ponerlos en agua con 300 gramos de sal y 200 mililitros de vinagre.
Sin embargo, conviene saber que también se pueden fabricar pastillas para el lavavajillas con ingredientes totalmente naturales. En este caso, necesitarás bicarbonato de sodio, pero no sólo eso. Necesitarás agua desmineralizada, jabón de Marsella líquido y al menos veinte gotas del aceite esencial favorito. Pon todos los ingredientes en un cuenco, excepto el agua.
Ésta debe añadirse poco a poco. Una vez obtenida una mezcla homogénea, colóquela en el interior de los moldes para hielo. Dejar secar para que la mezcla se desprenda. Una vez desprendido, puedes utilizarlo inmediatamente o guardarlo para cuando lo necesites. Tu vajilla quedará reluciente e higienizada y además se notará un importante ahorro de costes.