Mucha gente piensa que dormir con calcetines es una mala costumbre, incluso en invierno, cuando las temperaturas son más bajas. Sin embargo, según la ciencia, llevar calcetines al dormir puede ser especialmente beneficioso, he aquí por qué.
Muchas personas creen que dormir con calcetines es una mala costumbre. Muchos creen que es una mala práctica que impide dormir bien, por lo que prefieren no llevarlos, ni siquiera en invierno, a pesar del frío.
En realidad, según algunos estudios, tener el hábito de llevar calcetines al dormir tiene varios beneficios. Los expertos, de hecho, afirman que llevar calcetines por la noche puede influir mucho en la calidad del sueño. De hecho, llevar calcetines en la cama también es muy recomendable para quienes sufren trastornos del sueño.
Veamos, pues, por qué dormir en calcetines es bueno.
Contrariamente a lo que se suele pensar, la ciencia afirma que dormir con calcetines tiene un efecto beneficioso para nuestro organismo. Pero, ¿por qué es bueno llevar calcetines a la cama? Según algunos estudios, la primera razón por la que quienes no usan calcetines en la cama harían bien en empezar a hacerlo es que descansar con calcetines favorece la relajación y, por tanto, conciliar el sueño más rápidamente. De hecho, llevar calcetines por la noche favorece el proceso de vasodilatación distal, es decir, un aumento de la temperatura en las extremidades del cuerpo, es decir, las manos y los pies. Esto facilita la producción de melatonina, la sustancia que tiene la función de regular el ciclo sueño-vigilia. Pero según los datos de varios experimentos, llevar calcetines por la noche no sólo ayuda a conciliar el sueño más rápidamente, sino que también garantiza una mejor calidad del sueño y permanecer dormido durante más tiempo.
Llevar calcetines en la cama puede reportar otros beneficios. Por ejemplo, ayuda a aliviar los sofocos de la menopausia, es especialmente eficaz contra los pies agrietados y ayuda a prevenir los síntomas del síndrome de Raynaud.
Evidentemente, para obtener los beneficios de los que acabamos de hablar, es esencial elegir medias que no sean demasiado ajustadas o con elásticos especialmente apretados. De hecho, en este caso obstruirías peligrosamente el flujo de la circulación sanguínea. También hay que prestar atención a la calidad de los materiales. Es esencial evitar los calcetines confeccionados con tejidos no transpirables, que provocarían el estancamiento del sudor, el entorno ideal para la proliferación de bacterias, hongos y malos olores. El consejo es preferir calcetines de algodón cálido, lana merina o cachemira, teniendo cuidado de elegir la talla adecuada a sus necesidades.