¿Cómo superar un momento difícil? Es absolutamente necesario hacer estas tres cosas
Los momentos dolorosos forman parte de la vida, lo importante es buscar contramedidas para sobrellevarlos y resurgir. Con estas contramedidas, se puede tener éxito a lo grande.
La vida no siempre es fácil, a veces nos enfrenta a momentos extremadamente difíciles que necesariamente debemos superar para volver a sonreír y mirar la vida con optimismo. Aunque parezcan insuperables, en realidad pueden metabolizarse siempre que exista la voluntad de hacerlo.
Tratar de huir del dolor no nos lleva a ninguna parte; al contrario, se corre el grave riesgo de entrar en un estado de apatía o más bien de aplanamiento emocional. Atravesarlo, en cambio, conduce a un viaje de transformación, porque mientras lo hacemos procesamos nuestras emociones.
Las tres contramedidas que hay que tomar para dejar atrás los tiempos duros y difíciles
Para dejar atrás el sufrimiento, el primer paso es comprender lo que ocurre dentro de uno mismo mediante la elaboración de tres conceptos fundamentales. Es necesario entrar en la perspectiva de las ideas de que lo que nos pasa es lo único que nos podía pasar en función de las elecciones que hemos hecho y del comportamiento que hemos mostrado a lo largo de los años. Entender que las dificultades son herramientas de crecimiento por excelencia y que no podemos decidir cuáles nos suceden tiene un valor fundamental. El siguiente paso es activar ese resorte que nos permite afrontar el periodo de sufrimiento.
El segundo paso es prestar atención al propio diálogo interior, que permite evitar preguntas que nunca deberían hacerse en estas coyunturas. De hecho, corren el riesgo de atascar a la persona en su propio sufrimiento. Buenos ejemplos son «por qué a mí», «por qué me ha pasado esto», «qué he hecho mal». Atormentarse no sirve para nada, ya que algunas de estas preguntas nunca encontrarán una respuesta segura.
Al mismo tiempo, es bueno ser consciente de que en la vida hay altibajos. El sufrimiento y la felicidad forman parte del ciclo de nuestra existencia. Uno depende estrictamente del otro. No se puede disfrutar de la felicidad si antes no se ha experimentado la tristeza. Incluso en el mismo día, uno puede experimentar ambos sentimientos en pocas horas. Por eso, aunque uno se encuentre en un momento difícil, no debe excluirse a sí mismo de ser feliz. Tal vez haya ciertos aspectos de la vida que vayan bien. Hay que partir de ellos para mirar con optimismo al futuro.