Según estudios recientes, existe una estrecha correlación entre la infidelidad y la edad. Es en este momento cuando se corre más riesgo.
A lo largo de la vida, a cualquiera le puede pasar que engañe o sea engañado por su otra mitad. Las razones pueden ser numerosas, pero según estudios recientes hay un factor específico que influye especialmente en la propensión a engañar. En concreto, según los investigadores, existe una estrecha correlación entre la infidelidad y la edad.
Así, hay una edad a la que la gente engaña más y parece ser diferente entre hombres y mujeres. En otras palabras, si las escapadas no hacen distinción de sexos, lo que cambia es el periodo de la vida que lleva a «poner los cuernos». Es entonces cuando más riesgo corren hombres y mujeres.
Según una investigación y una encuesta realizadas hace algún tiempo por el conocido sitio de citas Incontri-ExtraConiugali.com, existe una estrecha correlación entre la infidelidad y la edad de una persona. Esto significa que el engaño tiende a producirse en determinados momentos de la vida de hombres y mujeres. Los investigadores han señalado que la edad de mayor riesgo para los hombres se sitúa entre los 29 y los 49 años. Esto se debe principalmente a que para los varones representan dos momentos de transición bastante críticos, a saber, el umbral de la treintena y la cincuentena. Es precisamente en estas delicadas etapas de su vida cuando muchos hombres sienten el fuerte impulso hacia la libertad y la ligereza.
A las mujeres no les ocurre lo mismo, pero a edades diferentes. En concreto, cuando llegan a los 40, les cuesta aceptar el paso a la madurez y dejar atrás la juventud que fue. Por eso, muchas se ven abrumadas por un periodo de agitación que las hace más propensas a engañar. Como señala Alex Fantini, fundador de Incontri-ExtraConiugali.com: «Es el deseo de volver a sentirse jóvenes lo que les hace querer vivir aventuras diferentes y les empuja a realizar fantasías que nunca antes habían hecho realidad». Una relación extramatrimonial se convierte así en un símbolo de libertad y vitalidad: en definitiva, una vuelta a ser joven».
En esencia, según la conocida web de citas, no es sólo el deseo de escapar de una larga relación lo que empuja a la infidelidad, sino también, y sobre todo, el reloj biológico, que en los hombres se enciende a los 29 y 49 años, mientras que en las mujeres lo hace a los 40.