Según los científicos, hay un significado preciso detrás de las pesadillas recurrentes. Veamos cuáles pueden ser.
Tener pesadillas puede ser más que normal siempre que ocurra de vez en cuando. Si, por el contrario, las pesadillas empiezan a apoderarse de ti y aparecen casi todas las noches, entonces sería buena idea pararse a pensar. Según una investigación de la Universidad de Montreal (Canadá), estos episodios recurrentes podrían ser el resultado de algo más específico.
En concreto, el experimento se realizó sobre unos 10.000 sueños de personas que anotaron sus actividades oníricas en un diario durante cinco semanas. Al final, se analizaron en profundidad 253 pesadillas y 431 pesadillas. He aquí los detalles que salieron a la luz.
Se analizaron los posibles sentimientos que subyacen a los malos sueños y sólo el 33% encontró el miedo, que suele señalarse como principal sospechoso. Entre los temas más frecuentes relacionados con las pesadillas están las agresiones físicas. De hecho, son sucesos tan impactantes que a menudo hacen que los soñadores se despierten durante la noche.
Los conflictos interpersonales no deben pasarse por alto. En este caso, las mujeres sueñan con ellos el doble de veces que los hombres. En la misma línea encontramos las catástrofes naturales, que afectan más a los hombres en sus sueños nocturnos.
En general, según los investigadores canadienses Genevieve Robert y Antonio Zadra, los sueños son una forma de procesar las experiencias que cada uno de nosotros tiene durante el día, independientemente de su naturaleza. Evidentemente, pueden despertar miedo, emoción o alegría. Los malos sueños, en cambio, se consideran una reacción al estrés del sistema nervioso.
Las pesadillas empiezan a convertirse en un problema para la persona si provocan miedo a dormirse por temor a tener que enfrentarse de nuevo a ellas. Lo mismo ocurre cuando, tras una aparición brusca durante el sueño, uno ya no puede descansar y se pasa el resto de la noche dando vueltas en la cama.
Todo esto tiene un nombre y corresponde al insomnio artificial, que a la larga también puede acarrear graves problemas de salud. Afortunadamente, hay formas de combatir esta afección, en particular mediante técnicas de visualización, gracias a las cuales el paciente aprende a cambiar el escenario del sueño y reproducirlo mediante imágenes mentales más luminosas que las soñadas.