Es hora de tomar medidas concretas a escala europea para mitigar este creciente problema: aquí están los daños causados por la combustión.
Recientes investigaciones autorizadas han puesto de relieve el importante papel de la combustión de madera y sus derivados en la contaminación atmosférica, especialmente durante los meses de invierno.
Estos aparatos tradicionales, como chimeneas, estufas y cocinas de carbón o leña, se han considerado durante mucho tiempo opciones respetuosas con el medio ambiente, a menudo incentivadas por el gobierno bajo la etiqueta de «reciclaje» porque utilizan materiales recuperados, como la madera.
Sin embargo, cada vez hay más pruebas de que estos electrodomésticos pueden contribuir significativamente a la contaminación atmosférica.
Dada la correlación demostrada entre contaminación atmosférica y enfermedad, es importante ser consciente de los peligros.
Un estudio reciente realizado en Grecia ha demostrado que las chimeneas y estufas, sobre todo en las zonas urbanas, son responsables de casi el 50% de la exposición de las personas a sustancias químicas nocivas en el aire. En concreto, los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) producidos por la combustión de madera se dispersan en diminutas partículas contaminantes que pueden tener efectos cancerígenos. Lo que hace aún más relevante este estudio es el hecho de que la combustión de madera parece producir más partículas nocivas que los vehículos diesel o de gasolina.
Los científicos señalan que el problema no se limita a Atenas, sino que se extiende a muchas ciudades europeas. La quema de madera supone una importante amenaza para la calidad del aire en los entornos urbanos, y la exposición prolongada a este tipo de contaminación puede tener graves consecuencias para la salud. Por ello, detener la quema de madera y sus derivados es un paso clave para reducir el riesgo.
De hecho, la contaminación atmosférica causada por la combustión de madera se ha identificado como la principal fuente de partículas contaminantes pequeñas incluso en el Reino Unido, superando incluso al tráfico de carretera, a pesar de que sólo un pequeño porcentaje de la población utiliza chimeneas o estufas de leña. Incluso las estufas de leña modernas que cumplen las normas ecológicas siguen emitiendo muchas más partículas contaminantes que los vehículos modernos.
Científicos y expertos en salud pública coinciden en que las emisiones de la combustión de madera y sus derivados deben regularse a nivel europeo para lograr beneficios significativos para la salud pública. Es crucial cambiar la idea errónea de que quemar madera es una actividad inocua porque se trata de un material natural. La contaminación generada por la combustión de madera es una grave amenaza para la salud y el medio ambiente y requiere medidas urgentes para atajar el problema.