Fabricar con sus propias manos objetos para regalar no tiene precio, sobre todo si se utilizan materiales reciclados.
Todos, más o menos, tenemos un cajón donde guardamos bufandas, fulares que con los años suelen acumularse y quedarse en el fondo de dicho cajón. Tanto es así que a veces ni nos acordamos de que los tenemos y, quizás, ocurre que compramos otros similares, porque estamos convencidos de que nos falta un determinado modelo o color.
La mayoría de estos pañuelos, que a menudo ya no utilizamos pero que nos arrepentimos de tirar, pueden encontrar una nueva juventud a través de la creación de muchos otros accesorios útiles para la persona o el hogar, sobre todo si son coloridos y bastante grandes. Y hay mucho donde elegir con tantas ideas y propuestas.
Para elegir qué hacer con pañuelos, en primer lugar hay que dividirlos por colores y tejidos: los de algodón serán más adecuados para determinados usos, como, por ejemplo, la creación de un delantal sin costuras, doblado por la mitad y soldado a los lados con la cincha que se utiliza para hacer un pliegue en los pantalones.
Otra idea para las telas de algodón es utilizarlas para decorar una bandeja o una caja, cortando los trozos a medida y cubriendo los objetos. Enrollándolas, puedes utilizar las «salchichas» resultantes de varias maneras: construir una bonita corona navideña o, por qué no, cubrir los cordones de unas chanclas.
Un precioso pañuelo de seda convertido en bolso. Y también puedes convertirlo en collar enrollándolo y añadiéndole extremos de bisutería con colgantes o cuentas. O más sencillo, si no es tan grande, anúdatelo alrededor de la muñeca, solo o en lugar de la correa del reloj.
Los cinturones sirven para realzar una silueta o dar un plus a un conjunto. El pañuelo que se convierte en cinturón, con los extremos metidos en las hebillas, será sin duda un regalo bien recibido. Otra idea es utilizarlos para adornar sombreros de paja anónimos que pueden convertirse en prendas de moda.
También se puede hacer una contribución inusual a la propia casa o a la de un amigo si se utilizan los pañuelos de forma creativa. Por ejemplo, se puede utilizar una para cubrir la pantalla de una lámpara y así la lámpara de la mesita del salón dejará de ser tan anónima. Los sofás y los sillones también se pueden mejorar.
Un sillón algo desgastado puede tapizarse con bufandas de patchwork cosidas. O se puede alegrar superponiendo varias bufandas con distintos estampados y tejidos. Las mismas dan un buen rendimiento convertidas en cojín, que también pueden quedar bien en el sofá, dándole un nuevo aire.