Las ondas electromagnéticas son un peligro real, cuidado con el cargador del teléfono. Los efectos en el organismo pueden ser realmente desastrosos.
Desde hace algunos años se debate sobre los posibles daños que las ondas electromagnéticas pueden causarnos a cada uno de nosotros. Utilizamos nuestros teléfonos móviles durante todo el día, por la mañana lo primero que hacemos muchos de nosotros es mirar nuestros smartphones, por la noche antes de irnos a dormir no dejamos de echar un rápido vistazo a las redes sociales.
Por desgracia, son muchos los malos hábitos que tenemos a la hora de utilizar nuestros dispositivos electrónicos, muchos de los cuales ponen en grave riesgo nuestra salud. Los expertos nos dicen que estamos cometiendo graves errores, pero nos obstinamos en seguir comportándonos de la misma manera.
Sin duda, los estudios nos demuestran, que nuestros dispositivos emiten ondas electromagnéticas. Éstas pueden afectar visiblemente al bienestar de nuestro cuerpo, por no mencionar que el uso de pantallas poco antes de descansar compromete la higiene del sueño.
Si ver la televisión poco antes de dormirse parece tener un efecto perturbador sobre nuestro sueño, lo mismo ocurre con los smartphones, las tabletas y los ordenadores. La luz azul que emiten no favorece el sueño; al contrario, puede tener un efecto excitante e incluso provocar insomnio. Pero ésta no es la única conclusión que se desprende del uso de los teléfonos inteligentes.
La práctica de cargar el dispositivo por la noche no sólo pone en riesgo nuestra salud, sino que también puede acortar la vida útil del teléfono inteligente y de su batería. Al cargar el dispositivo mientras dormimos, lo mantenemos enchufado durante demasiadas horas y esto arruina la batería.
La mejor opción sería poner el smartphone a cargar durante las horas de luz y desconectarlo de la carga unos segundos antes de que alcance el 100% de carga. Así conservaremos la salud del dispositivo mucho más tiempo.
Sin embargo, los mayores riesgos son para nuestra salud. Por lo general, estamos acostumbrados a cargar nuestro smartphone en la mesilla de noche. Esto significa tenerlo cerca de la cabeza durante muchas horas. Las ondas electromagnéticas afectan directamente a nuestro cerebro y pueden ser perjudiciales.
Además, el smartphone se sobrecalienta inevitablemente cuando se está cargando. Esto podría provocar auténticas catástrofes que pondrían en peligro no sólo nuestra seguridad, sino también la de toda la familia.