Este truco del corcho, aunque no se lo hayan contado nunca, hay que saber que al utilizarlo se dejará de tener este problema.
El frigorífico es uno de los electrodomésticos más importantes de nuestros hogares. Por supuesto, a menos que queramos experimentar con algún antiguo método de conservación de alimentos, entonces podríamos coger un libro sobre prehistoria y averiguar cómo lo hacían. Pero teniendo en cuenta que hace tiempo que dejamos el garrote, quizá sea hora de cuidar nuestro frigorífico.
Este electrodoméstico debe estar siempre limpio y libre de elementos que puedan estropear lo que almacenamos en su interior. Los alimentos que compramos casi a diario suelen estropearse rápidamente. Esto probablemente se traduce en un mal olor en el interior del frigorífico y en la presencia de moho no deseado.
Para evitar que esto afecte a todo lo que tenemos dentro del frigorífico, es de suma importancia realizar una limpieza y mantenimiento periódicos del aparato. Se trata ante todo de una cuestión de higiene, pero también de ahorro. Un frigorífico siempre limpio y ordenado permite gastar mucho menos en la compra de alimentos.
En las tiendas especializadas en productos de higiene del hogar, hay muchos detergentes que se pueden utilizar para limpiar el frigorífico, pero hay algunos remedios naturales que son igual de eficaces, pero sin duda mucho más baratos. He aquí el remedio del corcho, el típico remedio de la abuela.
Antes de explicar cómo utilizar el método del corcho, es necesario saber cómo limpiar el frigorífico. Esto debe hacerse con regularidad, aproximadamente una vez a la semana, junto con las grandes compras semanales que hace la familia. Esto es indispensable si se quiere tener un frigorífico siempre perfectamente limpio y en el que no proliferen el moho y las bacterias. El procedimiento a seguir es muy sencillo.
En primer lugar, es aconsejable apagar el frigorífico desenchufándolo, para después proceder a retirar todos los alimentos y conservar sólo aquellos que aún se puedan utilizar. Con agua tibia y vinagre, limpia el frigorífico y aclara con un paño suave. También es importante limpiar la junta y secarla con mucho cuidado. Sólo al final de la limpieza será posible encender de nuevo el frigorífico y volver a introducir en él los alimentos. Es entonces cuando puedes utilizar el corcho.
Para evitar el moho y los malos olores a pesar de haber limpiado a fondo el frigorífico, recomendamos utilizar el truco del corcho. Basta con cortar el corcho por la mitad y dejarlo en uno de los estantes de la puerta del frigorífico. Así, el corcho podrá absorber la humedad, que es la principal causa de la aparición de moho.
También se pueden poner unas gotas de aceite esencial en el corcho, que no sólo absorberá la humedad, sino que también perfumará el electrodoméstico. El consejo es cambiar el corcho al menos cada 2 o 3 días.