Es innegable que, hoy en día, los teléfonos inteligentes se han convertido en una poderosa parte de la vida cotidiana de los usuarios de todo el mundo.
Sí, es cierto. Queríamos subrayar «abrumadoramente» porque se trata de una adicción real. Estos dispositivos se utilizan por diversos motivos. Los hay que los utilizan para trabajar, los hay para el ocio a través de juegos de pasatiempo o plataformas que permiten escuchar música y ver contenidos en streaming.
Por no hablar de las distintas plataformas sociales o de mensajería. Estas últimas, pues, restan mucho tiempo a los usuarios. Sí, porque no basta con dedicar tiempo a todas las aplicaciones descargadas e instaladas en los smartphones. También hay otro factor al que debemos prestar mucha atención.
Basta pensar en todas las notificaciones que llegan. Están las que te informan de los correos electrónicos recibidos o las notificaciones sobre comentarios e interacciones a posts publicados en redes sociales. Y, cómo no, las notificaciones que llegan cada vez que alguien, en chat privado o en grupo, contacta contigo a través de las distintas plataformas de mensajería existentes.
En definitiva, uno pasa tanto tiempo, demasiado tiempo en compañía de estos dispositivos que, quizás, se olvida de la vida real. Uno se olvida de las interacciones sociales. Y hay que decir que, según algunos estudios, el uso masivo y desmesurado de los smartphones tiene graves consecuencias para la salud del organismo. Ahora bien, las investigaciones han arrojado resultados muy truculentos.
Sí, además de causar graves problemas de salud física, también hay que saber más. Sí, porque algunos estudios han demostrado una relación causal entre el uso desmesurado del smartphone y la aparición de tumores cerebrales. Por supuesto, de momento no hay una posición científica clara y firme al respecto. Pero lo que queremos llamar su atención es realmente una tragedia.
Y, siempre se trata de él, del cerebro. Sí, es el protagonista absoluto cuando se trata del uso de smartphones. Según algunos estudiosos y, en concreto, el analista y filósofo James Williams, estos dispositivos influyen en el futuro de los usuarios. Sí, porque cada post, cada foto, cada notificación distrae la atención de los usuarios de la realidad, de lo real y de las relaciones reales con familiares, compañeros y amigos.
Según estos estudios, cada vez que se lee una notificación se pierde un tiempo precioso y, además, se pierde la concentración. Se tarda alrededor de media hora en volver a niveles altos de esta última. Pero la cosa no acaba ahí. Sí, porque según estos estudios, ¡el uso masivo de estos dispositivos provoca una pérdida de diez puntos de cociente intelectual!