Puede que desconozca la posibilidad de tener un compañero oculto en casa de cuya presencia no se ha enterado. Da miedo, ¿verdad?
Hogar, dulce hogar, el lugar tranquilo donde refugiarse, el único sitio donde sentirse seguro, el lugar al que siempre es agradable volver.
¿Recuerdas lo agradable que fue el último viaje que hiciste durmiendo en el albergue, cuando compraste ese mueble usado en una tiendecita olvidada que sólo tú descubriste con orgullo? Las maletas que dejaste frente a la lavadora porque, francamente, no te apetecía hacer la colada y te olvidaste de ellas durante una semana hasta que la pereza te obligó a lavarlo todo.
Si en este momento se tienen unas extrañas rojeces en las manos, la cara y los tobillos y el picor no desaparece ni con las cremas más comunes para aliviar esta molestia, al estar hinchado y haber llegado a rascarse, porque el picor es inmanejable, el bienestar se está resintiendo mucho.
Quizá la solución al problema sea más sencilla y espeluznante de lo esperado: no se está solos en casa.
Los amantes de las vacaciones low cost, o los que tienen poco dinero y les gusta viajar de forma aventurera, quizá hayan dormido en un hostal, que tiene una rotación de huéspedes muy alta y sus almohadas y colchones han visto a más gente que cualquiera en toda su vida. En caso de que sea de los que no les gusta deshacer la maleta enseguida, quizá deberían empezar a utilizar una funda de equipaje y aunque el shabby chic es un must de la época, para restaurar los muebles, se debe utilizar aceite esencial de lavanda o cedro antes de tratar la madera.
Todo este consejo sólo para decir que quizás, desde la última aventura, se ha traído a la casa a alguien que duerme en la misma cama, en la alfombra, en las cortinas y se está bebiendo nuestra sangre.
Estas molestas plagas se cuelan en las casas y pueden sobrevivir incluso a las condiciones más extremas, ponen muchos huevos y se alimentan de sangre humana hasta muchas veces su peso corporal. Al presentar alguno de los síntomas mencionados, se debe pasar al ataque. El vapor a 60 grados en colchones, alfombras y cortinas es el primer aliado en el control de plagas. Pasar la aspiradora por todas partes es esencial, y recordar tirar la bolsa inmediatamente después. No olvidar lavar todos los tejidos y pasarlos por la secadora para acabar con estas plagas.
Como son muy peligrosas para la salud, si se nota que, a pesar de estos procedimientos, la situación de la piel no mejora, hay que llamar inmediatamente a un exterminador, porque sólo con la intervención de un producto químico será posible librarse de estos huéspedes tan desagradables.