¿Dormir con un peluche de adulto? Según la ciencia, es bueno para la salud y nadie debería avergonzarse
Muchos de nosotros dormimos abrazados a un peluche desde la infancia, y los que continúan esta práctica en la edad adulta hacen bien y no deben avergonzarse de ello, la ciencia explica por qué.
Muchos de nosotros, cuando éramos niños, teníamos un peluche que nos hacía compañía por la noche. Con los años, muchos han abandonado esta práctica, pero no todos han podido despedirse de sus peluches.
Aunque, de adulto, dormir con un peluche se considera un tabú, este hábito está bastante extendido y, según la ciencia, es bueno para la salud y no hay que avergonzarse de ello.
Según una encuesta realizada en el Reino Unido, al menos el 35% de los encuestados admitió que todavía tiene la costumbre de dormir abrazado a un peluche. Hay muchas razones para ello, pero más allá de lo que motiva a un adulto a dormir en compañía de un osito de peluche, los expertos aseguran que es una práctica que aporta muchos beneficios.
Dormir con un peluche es bueno para la salud: por qué
¿Quién no tuvo de niño un peluche al que abrazar en momentos de desesperación o para que le hiciera compañía por la noche? Pues bien, muchos siguen haciéndolo incluso de adultos, ¡y les va bien! De hecho, aunque dormir con un peluche de adulto pueda estar mal visto, la ciencia sostiene que tener este hábito es bueno para la salud y no debería considerarse vergonzoso. Al fin y al cabo, ¡no tiene nada de malo! Según un estudio realizado por la Universidad de California, las personas que duermen con un osito de peluche tienden a roncar menos.
Además, abrazar al peluche repercute en todo el organismo. Influye positivamente en el sistema nervioso y regula hormonas cruciales para el bienestar, la satisfacción y la felicidad, como la dopamina, la oxitocina y la serotonina. Esto se debe principalmente a que aferrarse a un peluche da sensación de seguridad y ahuyenta la soledad. Muchos estudiosos han señalado que incluso muchas residencias de ancianos están llenas de peluches y osos de peluche para que los mayores se refugien en su compañía y se sientan menos solos.
Según un profesor de la Universidad de Pensilvania, los peluches, pero también las mantas y las almohadas, ayudan incluso a aumentar la autoestima y, por tanto, a sentirse más seguro. Por último, abrazar al propio peluche ayuda a mantener a raya la agitación y el estrés. En resumen, no es sólo un hábito para los niños, sino que los adultos también pueden beneficiarse de él.