Una interesante investigación ha sacado a la luz los efectos beneficiosos del consumo moderado de cerveza. Tanto el cuerpo como la mente pueden beneficiarse.
Uno de los tópicos más extendidos es que beber cerveza es malo para la salud. Evidentemente, si uno se excede, sólo puede serlo, pero si lo hace con moderación, pueden abrirse escenarios increíbles que nunca antes se habían contemplado.
En este sentido, el Centro Nacional de Información Biotecnológica llevó a cabo un experimento que dejó claro que uno puede beneficiarse bebiendo cerveza con moderación. Veamos de qué se trata y qué datos surgieron de forma clara e inequívoca.
En la práctica, el instituto estadounidense realizó un análisis secundario de los datos de las encuestas nacionales de salud de 2012 y 2017 a 33.185 individuos mayores de 18 años para evaluar el consumo de cerveza en relación con la salud percibida, las limitaciones funcionales, la salud mental y el apoyo social.
Se tomaron como parámetros la asociación del consumo de alcohol (abstemios, ex bebedores, bebedores ocasionales, bebedores moderados de cerveza y grandes bebedores de cerveza) con la salud percibida (mala o buena), cualquier limitación (ninguna, física, mental o ambas), la intensidad (ninguna, leve o grave), la salud mental (mala, media o buena) y el apoyo social (malo, medio o bueno).
Los análisis se ajustaron en función del sexo, la edad, la clase social ocupacional, el nivel educativo, el lugar de residencia, el nivel de actividad física, la información sobre la dieta, el tabaquismo y el índice de masa corporal. En comparación con los abstemios, los bebedores ocasionales y moderados de cerveza se asociaron con una mejor salud mental y autopercibida, un mejor apoyo social y tenían menos probabilidades de sufrir limitaciones físicas leves o graves.
Por el contrario, los ex bebedores patológicos se asociaron con peores indicadores de salud percibida, tanto física como mental. Lo mismo ocurría con el nivel de apoyo social en comparación con los abstemios. Por tanto, el consumo de cerveza alcohólica tiene, según los investigadores, cierta correlación con la salud física, mental y socioemocional percibida.
Así pues, cuando se sale con los amigos, permitirse unas cervezas (siempre que no haya que conducir) es algo que puede limitarse al ámbito de las cosas tranquilas. Por otra parte, también ayuda a sentirse bien socialmente, lo que no es poco si se tienen en cuenta las dificultades que se pueden encontrar hoy en día en este delicado terreno.