El uso de dispositivos móviles se ha hecho cada vez más común incluso entre los niños, que sufren importantes problemas de salud.
Una preocupación creciente son los posibles daños para la salud de los niños que puede causar el uso prolongado de estos dispositivos. Algunos de ellos son mucho más graves de lo esperado, por lo que hay que actuar de inmediato reduciendo la exposición a las pantallas.
Mirar constantemente a la pantalla puede ser muy perjudicial, sobre todo para los niños pequeños que aún se están desarrollando. Los ojos son los primeros afectados, pero también hay otros trastornos graves que pueden intervenir y crear problemas preocupantes a los pequeños. He aquí cuáles son y cómo prevenirlos.
Una de las principales preocupaciones sanitarias de los niños que miran demasiado tiempo las pantallas de los teléfonos inteligentes y las tabletas es el impacto en su salud física. Pasar mucho tiempo mirando una pantalla puede causar problemas oculares como fatiga visual, sequedad ocular y, en algunos casos, miopía. La exposición frecuente a la luz azul emitida por los dispositivos móviles puede afectar negativamente al sueño y a los ritmos circadianos.
Además, numerosos estudios han demostrado una correlación entre el uso intensivo de dispositivos móviles y los problemas de salud mental en los niños. La exposición excesiva a las redes sociales o a contenidos inapropiados puede contribuir a los trastornos del estado de ánimo, la ansiedad y la depresión. Además, el tiempo dedicado a los dispositivos móviles puede conducir al aislamiento social, ya que es menos probable que los niños realicen actividades al aire libre o interactúen con otras personas.
Además, el uso excesivo de teléfonos inteligentes y tabletas puede provocar daños cardiacos peligrosos para los niños. Estar sentado durante largos periodos de tiempo y mirando fijamente una pantalla puede provocar un aumento del sedentarismo, que se asocia a un mayor riesgo de desarrollar cardiopatías, obesidad y diabetes. Además, pasar demasiado tiempo delante de una pantalla puede llevar a un estilo de vida menos activo, lo que afecta negativamente al desarrollo muscular y óseo de los niños.
Para reducir el tiempo de exposición y minimizar los posibles daños a la salud, es importante establecer normas claras y saludables sobre su uso. Algunas sugerencias prácticas pueden ser
La atención al bienestar de los niños depende de la vigilancia de los adultos, que deben estar informados sobre las consecuencias de actitudes erróneas en los pequeños en edad de crecimiento. Acudir al pediatra o al médico de cabecera puede ser una buena forma de comprobar la salud del niño y recibir consejos sobre el uso del mobiliario.