Nunca más se separarán los blancos de los de color. Un verdadero avance para los que siempre tienen prisa, y el captador de color es justo lo que se necesita para que las prendas no se estropeen.
¿Cuántas veces al meter la camiseta blanca favorita en la lavadora ha salido tendiendo a rosa? ¿Cuántas? En realidad poner la lavadora es una ciencia exacta y antes de iniciar el lavado hay que seleccionar las prendas en función tanto de su composición como de su color.
Parece obvio que una prenda blanca y otra roja nunca deben estar juntas, pero a veces ocurre el descuido y se acaba sacando de la lavadora un auténtico desastre. Desgraciadamente, nuestro ajetreado día a día nos obliga a ir siempre con prisas y no tenemos tiempo para dedicar a la colada toda la atención que nos gustaría. Así que acabamos echándolo todo a la lavadora.
Pero tenemos buenas noticias para nuestros queridos lectores. Sin duda alguna se habrá pasado a ver hojas de absorción de color en las tiendas de higiene. De hecho, estas son muy útiles, pero a veces caras, y quizá por eso no la compra mucha gente.
¿Y si dijéramos que se puede tener su propia lámina de colores fácilmente y en cantidad infinita simplemente fabricándola en casa? El proceso es mucho más sencillo de lo que se imagina.
Para todos aquellos que no lo sepan, esas pequeñas hojas que se introducen en la lavadora tienen una composición específicamente diseñada para atrapar los colores que se desprenden del tejido y ofrecerle así una colada perfecta en todo momento. Una auténtica salvación para todas las amas de casa que a menudo se encuentran con dificultades a la hora de clasificar la ropa.
La lámina se suele añadir a la ropa en el tambor durante el lavado. Para preparar estas láminas en casa, se necesitan algunos trozos de tela blanca, un tarro de cristal, sosa para la colada (2 cucharadas), agua caliente.
Corta la tela en cuadrados pequeños, digamos de unos 15 cm de lado. A continuación, vierte la sosa y el agua en el tarro, removiendo con una cuchara hasta que se disuelva la sosa. A continuación, se sumergen los trozos de tela en la mezcla, dejándolos en remojo durante unos 60 minutos para que puedan absorber la mezcla.
Pasado este tiempo, procedemos a sacar las telas del agua y las dejamos secar. Las guardamos en un cajón para que estén listas cuando las necesitemos. El consejo es preparar un buen stock de ellas para evitar que se acaben.