Bon-ton en la mesa | Diez consejos para no parecer poco galante
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Nadie quiere parecer maleducado, sobre todo en casa de amigos o conocidos: he aquí cómo convertirse en el anfitrión perfecto y qué errores evitar.
Ya se trate de una cena de negocios o entre amigos, hay normas de etiqueta que deben respetarse en todos los contextos.
Los errores están a la vuelta de la esquina, a menudo debido a hábitos que hemos desarrollado en la intimidad de nuestro hogar.
Evitarlos, sin embargo, es más fácil de lo esperado: basta con memorizar algunas lecciones útiles y, tal vez, empezar a aplicarlas en la vida cotidiana.
He aquí diez reglas «salva-caras» para nuestras salidas elegantes.
La sencillez compensa: diez reglas a seguir
Algunas de estas normas ya se conocen, pero repasémoslas de todos modos para evitar una situación embarazosa delante de nuestros invitados:
Comer con avidez – No se come hasta que todos los comensales se han servido y, una vez empezada la comida, hay que adaptarse al ritmo de los demás: no es bueno quedarse con el plato vacío diez minutos antes que los demás.
Masticar con la boca abierta – La pesadilla de todo invitado es intentar escuchar a alguien que mastica o habla con la boca llena: intentemos no ofrecer a nuestros amigos un espectáculo indecoroso.
Limpiarse los dientes – No, no es de buena educación pedir un palillo al anfitrión, aunque se tenga un trozo de comida entre los dientes. Al encontrarse en esta situación, se aconseja pedir ir al baño: un cepillo de dientes puede salvar de cualquier situación.
Desear buen provecho a los comensales – Aunque parezca obvio, desear buen provecho a los comensales tiene raíces antiguas y aristocráticas, y evitar esa cortesía se habría considerado antaño un insulto. ¿Por qué perder la costumbre?
Lamerse los dedos – Para apreciar la cocina de nuestros anfitriones, bastan las palabras; para limpiarse los dedos, están las servilletas.
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Las reglas menos conocidas son las más apreciadas
Otras normas pueden ser menos conocidas, pero no deben ignorarse: podrían marcar la diferencia entre una buena y una mala impresión.
Utilizar una servilleta – Utilizar una servilleta antes de beber evitará dejar marcas de grasa en los vasos.
Hacer ruido al comer – Tanto al tener delante un plato de espaguetis como de caldo, los ruidos de «succión» son definitivamente molestos.
Codos sobre la mesa – Sí, sólo los antebrazos van sobre la mesa. Puede parecer incómodo, pero con el tiempo será simple.
Mirar el móvil – una regla de último recurso, pero imperdonable para muchos: evitar estar pendiente del móvil y disfrutar de la compañía.
Olvidarse de las normas y adaptarse – Por mucho que las normas anteriores representen la etiqueta completa del buen anfitrión, hay que tener en cuenta que en algunos países ciertos gestos, como aspirar el caldo haciendo ruido, se consideran gestos de agradecimiento a la cocina de nuestro anfitrión. Así que no hay que olvidar siempre informarse sobre las costumbres locales, ¡y a disfrutar de la comida!