El mes de nacimiento puede tener una gran influencia en la personalidad, al menos según las distintas definiciones de luna llena introducidas por los nativos americanos hace varios siglos.
¿La fecha de nacimiento también puede influir en la personalidad? A primera vista y pensando de forma puramente racional uno diría que no. Sin embargo, en realidad, según algunas culturas antiguas, las fechas de nacimiento pueden desempeñar un papel más que importante en los rasgos del carácter de cada uno.
En concreto, según el culto a la luna de los nativos americanos transmitido a la posteridad a lo largo de los años, el satélite de la Tierra es muy relevante en nuestras vidas, más de lo que uno podría pensar. Cada luna llena tiene un nombre diferente, mes a mes, y cada una puede asociarse a un tipo de personalidad.
La luna de lobo es típica de enero y las personas nacidas en el primer mes del año están mucho más orientadas hacia su mundo interior y se guían más por los hechos que por el instinto. En febrero, es el turno de la luna de nieve (nombre debido a las fuertes nevadas que suelen producirse en este mes. A esta luna se le asocia un carácter especialmente reservado.
En marzo, hay la luna de gusano, que corresponde a una personalidad más capaz de socializar con los demás. Los nacidos en esta fase tienen dotes de comunicación, carisma y capacidad para adaptarse a las situaciones. Pasando a abril, es el mes de la luna rosa. En general, este mes incluye a personas con un pasado a sus espaldas bastante turbulento y lleno de injusticias. Por eso han aprendido a desarrollar un carácter fuerte.
La luna de flores de mayo evoca la primavera y la buena fortuna. Las personalidades de este mes se caracterizan por su generosidad. En junio, se da espacio a la luna de fresa y al ingenio de los nacidos en el sexto mes del año. La capacidad de observación y la sabiduría son sus rasgos distintivos.
Julio se caracteriza por la luna de rayos. Las personas nacidas en este mes son especialmente imprevisibles. La luna esturión indica la llegada de agosto y es signo de gran suerte en la vida. En septiembre, se da espacio a la luna de la cosecha. En esta fase, las personas con una fuerte personalidad y grandes dotes de liderazgo cobran protagonismo.
La luna de la caza llega en octubre y pone de relieve el espíritu de lucha de sus nativos. En noviembre llega la luna del castor y las personas que tienden a destacar en la vida. El año termina, en cambio, con la luna fría de diciembre. Los nacidos en el último mes del año, sin embargo, no son fríos en absoluto; al contrario, son muy empáticos e inteligentes.