Las familias españolas tienen dificultades para llegar a fin de mes: éste es el método que pueden utilizar para cubrir todos sus gastos con facilidad.
El problema para los españoles es siempre el mismo: conseguir terminar el mes de forma que los gastos no superen a los ingresos. Muy difícil para las familias españolas que luchan contra una inflación que dificulta el ahorro.
Conseguir reservar algo de dinero para inversiones se convierte en un espejismo, sobre todo cuando basta un gasto imprevisto para cambiar los planes y trastocar el plan de ahorro que habíamos previsto a principios de mes.
Hay un truco que utilizan los contables a diario para que todas las cuentas cuadren: en primer lugar, hay que preparar una hoja excel que nos sirva para enumerar escrupulosamente todos los gastos fijos que tenemos cada mes.
Se trata de gastos que regularmente debemos considerar estables y que no cambian con el tiempo, como el alquiler, el presupuesto diario o semanal para la compra de alimentos, diversas suscripciones y servicios públicos, como Netflix, Sky, WI FI o los gastos de telefonía móvil.
Cada mes hay ciertos gastos que se repiten y de los que uno no puede escapar. Pero además de los gastos mensuales, hay que acordarse de anotar los gastos no mensuales que se repiten a lo largo del año. Por ejemplo, hay que recordar que cada año se paga una determinada cantidad en concepto de seguro.
¿Cómo añadimos esta cantidad anual a nuestro cálculo? Dividámoslo en 12 unidades y añadamos una parte cada mes a los gastos mensuales que ya hemos anotado en nuestra indispensable hoja Excel que nos servirá de guía. Lo mismo podríamos hacer, por ejemplo, con los gastos de condominio: tomamos la cantidad correspondiente cada mes y la reservamos, como si ya estuviera gastada. También hacemos lo mismo con el impuesto de basuras, el seguro del coche y el impuesto de circulación.
De este modo, los gastos mensuales resultarán de la suma de los gastos fijos que tenemos cada mes y las partes fijas de los gastos que tendremos que pagar durante el año. Nos daremos cuenta de que disponemos de mucho menos dinero del que habíamos previsto en un principio.
Gracias a este método, cada mes tendremos el equilibrio real entre ingresos y gastos y a final de año ya tendremos dinero reservado para gastos anuales inaplazables. Con el dinero sobrante podemos pensar en hipotéticas inversiones o crear un fondo de emergencia para no llevarnos más sorpresas desagradables por gastos imprevistos y urgencias.