Cuidado con los electrodomésticos. No todos lo saben, pero esta habitación de la casa es un verdadero vampiro en términos de consumo.
Hay una habitación en la casa que, aunque aún no todos lo sepan, es un auténtico vampiro del consumo eléctrico. Al pensarlo bien, probablemente ni siquiera sería necesario que digamos cuál es, pero procedamos por orden.
A estas alturas ya somos un cinturón negro del ahorro y, por tanto, sabemos muy bien que todos y cada uno de los electrodomésticos que introduces en el hogar repercuten en la factura de la luz. Esta es la razón principal por la que siempre se debe prestar atención a los electrodomésticos que compras, ya sean grandes o pequeños.
En cada uno de nuestros hogares, hay electrodomésticos de los que no se puede prescindir, por ejemplo la lavadora o el horno, mientras que se podría limitar el uso de la luz artificial, sustituyéndola en la medida de lo posible por luz natural.
Por otro lado, en lo que se refiere a los electrodomésticos, de los que no se puede prescindir, a la hora de comprarlos hay que prestar atención a sus características, adaptándolos en primer lugar al uso que se va a hacer de ellos, y sobre todo eligiendo productos de una clase energética superior que, a pesar de un mayor precio a pagar inicialmente, garantizan un mayor ahorro a lo largo del tiempo.
En cualquier hogar, como es fácil imaginar, hay estancias en las que se consume menos electricidad y otras en las que se necesita más. Todo dentro de la normalidad, basta pensar en el número de electrodomésticos que se utilizan en una habitación y no en otra.
Así que se rumorea que la cocina es la habitación Drácula de la casa. ¿Imposible de creer? Pues se pueden examinar todos los electrodomésticos que se tienen en esta estancia y al final nos darán la razón.
No hay que incluir en esta breve explicación los pequeños electrodomésticos, como licuadoras, extractores, batidoras procesadoras de alimentos, pero tampoco las placas de cocción. No hay que creer, sin embargo, que no tienen también un consumo decisivo, sobre todo si se utilizan constantemente.
En la cocina tenemos el horno, la lavadora (hay quien la tiene en el baño), la secadora (para quien la tiene), pero también el frigorífico, televisores, alguna consola, en algunos casos el aire acondicionado, y para rematar, hasta el climatizador. Basta para que se entienda por qué la cocina es la estancia de la casa donde más electricidad se consume. Para poder limitar los daños, la única solución es utilizar cada electrodoméstico de forma correcta, prefiriendo los programas ecológicos.