Hallados esqueletos de ‘niños vampiro’ con una espada en la garganta ‘para evitar que volvieran a la vida’

Es una noticia absurda, impactante y truculenta que queremos contar y compartir con todos los lectores. 

Llegó directamente de Polonia y dejó atónitos a todos los que lo hicieron. Estaban ante un escenario absurdo y disparatado. Eran los arqueólogos de la Universidad Nicolaus Copernicus, con sede en Toruń. Hablamos de algo ya conocido, pero que, en este caso, causó mayor revuelo.

Sí, porque se trataba de niños y no de adultos. Y se trataba de vampiros. En eso has acertado. Este tipo de enterramiento, en Europa del Este, ya estaba muy extendido en el siglo XI. Todos los ciudadanos que eran considerados vampiros sedientos de sangre humana eran enterrados de esta manera.

Y que, por lo tanto, constituían un grave peligro para la seguridad pública. La gente estaba realmente aterrorizada de estas criaturas vivientes y, por esta razón, una vez que se capturaba y mataba a uno, se le enterraba según un ritual bien definido. En las excavaciones se han encontrado muchos esqueletos enterrados de este modo.

Pero estos hallazgos de los que queremos hablar son totalmente diferentes. Sí, porque han aparecido esqueletos humanos, pero no de adultos, sino de niños. La noticia tiene apenas unos días. Veamos, pues, juntos de qué se trata y, sobre todo, cómo fueron enterrados. Es cierto que es algo macabro, pero los descubrimientos arqueológicos siempre generan mucha curiosidad. 

Niños vampiro en Polonia: ¡enterrados con una espada en la garganta!

Sí, lo que se encontraron los arqueólogos del Ateneo Polaco fue increíble y espantoso. Durante las excavaciones en el cementerio de Pien, en Polonia. Éstas se iniciaron para averiguar si, aparte del esqueleto de una mujer vampiro, había alguno más. Este último fue encontrado hace exactamente un año. El cementerio en cuestión data del siglo XVII.

Hay que decir que el bebé fue encontrado muy cerca de lo que fue el descubrimiento del año pasado. El niño vampiro fue enterrado boca abajo para que si se despertaba mordiera el suelo y no a un ser humano. El niño sólo tenía seis años cuando fue enterrado.

¡Y la parte superior del cuerpo no estaba allí! Supuestamente, los habitantes del pueblo lo habían destruido por completo. Además, el pie estaba encerrado dentro de un candado para impedir que volviera a la vida. Por último, había una guadaña delante de su cabeza, a la altura de la garganta, para que, si despertaba, le cortaran la cabeza.