Los descubrimientos científicos siempre tienen su fascinación, sea cual sea el objeto o la nueva especie de que se trate, y despiertan una gran curiosidad.
Como hemos dicho, la fascinación no es discutible. Por supuesto, a veces se descubren nuevas especies de aspecto espeluznante, por ejemplo. Da miedo sólo pensarlo. Pero la curiosidad es grande. Lo más intrigante, pues, son los descubrimientos arqueológicos y los relacionados con la astronomía. Es lo desconocido lo que más atrae.
La vida extraterrestre, o más bien su probable existencia, es lo que más fascina, lo que más hechiza. Y hay investigadores que hacen todo lo posible por encontrarla, por hallar al menos un indicio de ella. No son menos los descubrimientos arqueológicos y los estudios relacionados. Y, además, no se puede dejar de mencionar los descubrimientos de nuevas especies.
Basta pensar que el 80% y más de las especies de la Tierra están aún por descubrir. Es algo absurdo. Es asombroso pensar que compartimos el mismo planeta con especies vivas cuyos rasgos, características, desconocemos. Y el descubrimiento realizado hace poco tiempo va en este sentido. Hay que saber que dejó a todo el mundo completamente sin palabras.
Se trata de un huevo descubierto en las profundidades marinas. Es la primera vez que nos encontramos con algo así, sobre todo por su color. Precisamente por eso, hemos decidido contárselo, para que usted también pueda disfrutar de este hallazgo y entender de qué se trata. Veamos, pues, juntos qué dicen los científicos.
Sí, y el descubrimiento viene directamente de Alaska, o más bien del mar que rodea esta porción del planeta. Se trata de un misterioso huevo que se cree que fue puesto allí por una especie alienígena. Es liso y tiene un agujero justo en el centro. Esto sugiere que podría tratarse de un huevo que había sido dejado allí, pero que ya había eclosionado.
Se encuentra a más de 2.000 metros de profundidad y fue descubierto por un vehículo submarino controlado por radio. El descubrimiento fue realizado por investigadores de la Noaa (National Oceanic and Atmospheric Administration) de Estados Unidos. Según ellos, que están realizando estudios de ADN, podría tratarse de piel.
O más bien tejido cutáneo. Sin embargo, no se trata de un huevo de pez, porque las dimensiones son totalmente diferentes. Los huevos de pez son pequeños. La misión exploratoria sigue investigando ahora para eludir la gran pregunta: «¿A qué especie pertenece? Mientras tanto, se comprobó que el color dorado no era más que un reflejo de las luces artificiales del explorador. Su color es amarillo con tendencia al marrón. Veremos qué ocurre a continuación.