Vacaciones de fin de verano, hay que evitar estos destinos: son más caros de lo que se cree | Mejor buscar otras opciones

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¿Viajar por Europa sin gastar mucho? Estas son las ciudades que no se deben visitar para no pasarse del presupuesto. 

Hay algunas ciudades especialmente caras en Europa: no son destinos recomendables para los viajes de bajo coste e incluso decidirse a vivir allí implica una cierta cantidad de dinero.

Recientemente, The Economist publicó una encuesta sobre los destinos europeos más caros: el semanario británico destacaba cómo varias ciudades del centro y norte de Europa son inabordables desde el punto de vista económico.

Por el contrario, los centros del Este parecen garantizar una estancia más asequible y serían también una opción a tener en cuenta para quienes deseen trasladarse a otro lugar.

Éstas son las ciudades europeas donde la gente gasta más tanto en vivir como en viajar, en vivir y comprar, y en servicios.

Cuánto cuesta vivir y viajar en Zúrich y Copenhague: precios desorbitados de alquiler y servicios públicos

A la cabeza de la clasificación de las ciudades más caras de Europa se encuentra Zúrich, ciudad suiza conocida por sus bellos paisajes naturales. Los costes aquí no son en absoluto bajos: considere que por el alquiler de un piso de un dormitorio se gastan unos 2.573 euros al mes. Una cena en un restaurante medio cuesta unos 136 euros por pareja y la gasolina supera los 2 euros por litro.

Justo debajo está Copenhague, una ciudad especialmente rica en historia y cultura: la estatua que representa a la Sirenita de Andersen se alza en las fotos de millones de turistas cada año. La vida es cara en la capital de Dinamarca: un piso en el centro de la ciudad se alquila por unos 1.711 euros al mes, a los que hay que añadir unos 200 euros mensuales por servicios públicos. Para una salida a un restaurante no se gastan menos de 100 euros.

Copenhague
Copenhague/ finanzarapisarda.com

El coste de la vida en Oslo: alquileres caros y transporte público

Hablemos entonces de Oslo, un destino popular para los amantes de la historia y el arte que visitan ciudades y museos, como la Galería Nacional. Por no hablar de los increíbles paseos en barco por los fiordos, símbolo de la capital noruega. Vivir aquí supone una inversión de dinero nada desdeñable: alquilar una habitación pequeña o mediana cuesta unos 1.230 euros al mes.

Un abono para el transporte público en Oslo ronda los 77 euros, y ni comer fuera ni repostar en el coche son definitivamente baratos. En resumen, un posible traslado o viaje a las caras ciudades del norte de Europa debe considerarse con la debida cautela.