Productos en medio de los pasillos: ¿las cestas o los productos de venta libre anuncian ofertas imperdibles o son técnicas de astucia?
Comprar en pequeños y grandes supermercados es una actividad diaria o casi diaria a la que todos nos sometemos. Cuando vamos a comprar artículos para el hogar o comestibles somos aparentemente muy cuidadosos, buscamos ofertas que nos permitan ahorrar mucho dinero, pero en realidad nuestro umbral de atención es bastante bajo y es fácil convencernos de que un producto es una gran ganga.
Dentro de estos escaparates de productos, nuestros ojos se posan sin remedio en los coloridos y bien expuestos carteles de ofertas, además de detenerse en los llamados productos de venta libre. Se trata de productos que no están colocados regularmente en las estanterías, sino que se colocan en medio de los pasillos para atraer la atención de la gente.
Seguro que nos ha pasado alguna vez que hemos ido de compras y hemos llegado a la caja convencidos de haber conseguido una buena ganga, pero luego nos sorprende el importe inexplicablemente alto del ticket. ¿Qué nos ha llevado a gastar tanto dinero? Una razón podrían ser, sin duda, los productos sin receta.
Estos productos, presentados a menudo como cestas de productos en cuyo interior se puede encontrar un poco de todo, son a menudo la causa de nuestros elevados recibos. Esto se debe a que la idea subyacente que nos invade es que encontrar productos expuestos de esa manera fuera del lineal tradicional o incluso mezclados en cestas con varios productos forma parte de una oferta limitada.
La exposición engaña a nuestro cerebro y nos hace creer que se trata de productos en oferta. La verdad detrás de este mecanismo es una técnica de marketing muy específica. De hecho, si buscáramos en las estanterías esos mismos productos, pero simplemente de marcas similares, aunque igualmente conocidas, seguro que ahorraríamos dinero, o incluso si no los encontráramos en oferta, seguro que pagaríamos un precio inferior al de los que están colocados a la vista.
Los responsables de los supermercados conocen bien las técnicas de afabulación para captar al cliente y ponerlo de su parte. Por tanto, debemos prestar siempre mucha atención a lo que ponemos en nuestros carritos.
El consejo para no gastar demasiado es tener los ojos bien abiertos, leer todas las etiquetas y ser siempre conscientes de que sólo leyendo los precios y comparando unos productos con otros podemos ahorrar de verdad.