¿Los frecuentes despertares nocturnos son un obstáculo para la calidad del descanso? Analicemos cuáles pueden ser las causas y qué se puede hacer para favorecer un buen descanso nocturno.
Dormir es fundamental para nuestro bienestar. Dormir un número suficiente de horas y, sobre todo, conseguir un descanso de calidad es muy importante para el buen funcionamiento de todo el organismo. Son varios los beneficios que un sueño reparador aporta al cuerpo humano.
Para empezar, dormir bien tiene un efecto positivo en el estado de ánimo y ayuda a alejar la ansiedad y el estrés. El sueño también es crucial para permitir que el cerebro se regenere, mejora la memoria y la capacidad de concentración. Varios estudios científicos han demostrado también que dormir bien refuerza el sistema inmunitario, reduciendo significativamente el riesgo de enfermedad. Además, un buen descanso nocturno contribuye a activar el metabolismo, por lo que dormir bien también ayuda a mantenerse en forma.
Por el contrario, dormir poco o mal puede ser extremadamente perjudicial para el cuerpo humano y aumenta el riesgo de desarrollar diversas enfermedades, incluso graves. La falta de sueño expone al organismo a un mayor riesgo de padecer enfermedades neurológicas, cardiovasculares y respiratorias. Así como a la aparición de enfermedades crónicas como la diabetes. Pero, por desgracia, hay personas que, a su pesar, se despiertan en mitad de la noche y luego tienen dificultades para volver a dormirse. Hablamos de los despertares nocturnos, descubramos cuáles pueden ser las causas y, sobre todo, los remedios.
Como hemos visto, los despertares nocturnos pueden afectar negativamente a la calidad del sueño y, en consecuencia, al bienestar del organismo. Este trastorno puede tener diferentes causas. En ocasiones, los despertares nocturnos pueden ser consecuencia de una mala alimentación, en concreto, el consumo de alcohol en las horas previas al sueño puede afectar en gran medida a la calidad del descanso. Sorprendentemente, acostarse demasiado pronto también puede provocar desagradables despertares nocturnos. En efecto, una vez recuperada la energía, es posible despertarse en mitad de la noche. En estos casos, puede bastar con posponer la hora de acostarse.
Más complicado puede ser cuando los despertares están provocados por la apnea del sueño. Cuando el sueño se ve perturbado por una interrupción de la respiración, lo mejor es consultar a un médico cualificado que pueda aconsejar sobre la forma de superar esta afección.
Sin embargo, aparte de la causa subyacente, hay algunos pequeños trucos que, si se siguen con atención, pueden ayudar a mejorar la calidad del sueño. En primer lugar, se recomienda no tomar bebidas que contengan cafeína u otras sustancias excitantes antes de irse a dormir. Además, es mejor evitar las siestas por la tarde y el uso de teléfonos móviles o tabletas antes de acostarse. Por último, puede ser útil adquirir un buen ritmo de sueño-vigilia, por lo que es mejor acostarse y levantarse siempre a la misma hora.