Con demasiada frecuencia, para que los niños estén tranquilos, se les permite pasar tiempo frente a la pantalla de una tableta o un smartphone. Pero los expertos advierten a los padres: ¡es un error que hay que evitar! He aquí por qué.
Según una investigación realizada por el Centro per la salute del bambino onlus (Csb), con sede en Trieste, en colaboración con la Associazione culturale pediatri, los dispositivos electrónicos como smartphones y tabletas se utilizan con demasiada frecuencia en nuestro país como si fueran niñeras.
Aunque la mayoría de los padres son muy conscientes de los riesgos que conlleva el uso inadecuado de la tecnología, todavía hay demasiados niños, incluso en su primer año de vida, que se quedan con tabletas o teléfonos móviles en las manos.
Por eso, los expertos, datos en mano, siguen advirtiendo a los padres, destacando los peligros, incluso a largo plazo, a los que se exponen los niños que pasan varias horas del día pegados a la pantalla de un móvil o una tableta.
Según los datos de una encuesta realizada por el Centro de Salud Infantil, en poco menos de dos décadas, el tiempo que los más pequeños pasan delante de una pantalla se ha más que duplicado. Se trata de un fenómeno alarmante, teniendo en cuenta que el uso de tabletas y teléfonos inteligentes por parte de los niños debería evitarse, o al menos limitarse, para permitir un desarrollo físico y mental adecuado. También trata de animar a los padres a no ceder a este mal hábito un estudio publicado en JAMA Pediatrics que ponía de relieve los posibles daños a largo plazo causados por el mal uso de la tecnología por parte de los niños.
La investigación, realizada sobre una muestra de más de 7.000 bebés, descubrió que los niños que pasaban entre una y cuatro horas frente a la pantalla de un teléfono móvil o una tableta al año de edad corrían un mayor riesgo de sufrir retrasos en su desarrollo, sobre todo en las habilidades de resolución de problemas y comunicación, a la edad de dos años. Según las conclusiones de los investigadores, los niños que pasaban hasta cuatro horas al día tenían tres veces más probabilidades de sufrir retrasos en las habilidades de comunicación y resolución de problemas. Los pequeños que pasaban más de cuatro horas al día pegados a una pantalla tenían cinco veces más probabilidades de presentar retrasos, no sólo en comunicación y socialización, sino también en habilidades motoras.
Cifras que deberían hacer reflexionar sobre la urgencia de encontrar alternativas buenas y más sanas para el entretenimiento de los hijos.