Saltar de un avión y sobrevivir, ¿es posible? | Hay un estudio que investiga las posibilidades
Saltar al vacío: caer de un avión o saltar. Pero, ¿qué posibilidades hay de salir ileso?
Caerse al vacío no es, desde luego, el sueño de nadie, pero es una condición que podría darse en circunstancias extremas, como en el desafortunado caso de las catástrofes aéreas. Además, hoy en día muchas personas practican deportes extremos como el salto en paracaídas desde aviones, o incluso el puenting, en el que se salta con un arnés desde una altura. En resumen, los amantes del riesgo quieren experimentar al menos una vez en su vida la sensación de vacío absoluto y de caída en picado.
Por ello, se planteó la cuestión de si es posible sobrevivir a la hipotética caída desde un avión, independientemente de posibles protecciones como paracaídas, alas delta o arneses diversos. Alan Magee, un piloto militar que sobrevivió a una caída de hasta 6.000 metros durante la Segunda Guerra Mundial, lo comprobó en su propia piel y sobrevivió.
Según los estudios en cuestión, hay dos factores que influyen mucho en el éxito de la caída:
- la posición de caída;
- los elementos naturales del entorno.
El estudio de Paul Doherty
Los estudios en la materia iniciados en 2015 demuestran que, ante todo, los elementos de la naturaleza en la que uno se cae desempeñan un papel importante. De hecho, la presencia de superficies cubiertas de nieve o de agua puede desempeñar un papel decisivo a la hora de amortiguar la caída. Del mismo modo, los árboles con su follaje también pueden actuar como una especie de amortiguador para los que se caen.
La postura adoptada durante la caída también es crucial, ya que extender los brazos y las piernas y caer en posición de ardilla voladora nos permite ralentizar la caída. Esto crea fricción en el aire, ofreciendo resistencia y, por tanto, ralentizando nuestro descenso.
Entre los estudiosos que han llevado a cabo investigaciones se encuentra Paul Doherty, un antiguo físico que demostró que el aire se vuelve extremadamente enrarecido a 19.000 metros y, por tanto, podría hacer hervir la sangre. El margen de seguridad que sugirió es, por tanto, de 18.000 a 30.000 metros.
Más tarde, el profesor James Kakalios hizo otra aportación en este sentido, añadiendo que la ropa que se lleva en el momento de la caída también es importante y puede afectar al curso del descenso.
Conclusiones
La búsqueda sigue en curso y continuará con el fin de descubrir las condiciones óptimas para un lanzamiento al vacío.