La inteligencia artificial también acude al rescate en la lucha contra el cáncer: las nuevas terapias adoptadas, aunque lejos de ser definitivas, parecen muy prometedoras.
La medicina avanza cada vez más hacia terapias personalizadas; y esto también se aplica a los tumores, porque no todos los cánceres son idénticos. Es una tarea difícil, teniendo en cuenta que el genoma humano contiene 3.000 millones de letras y 20.000 genes. Big Data», según la revolución tecnológica 4.0.
Tal cantidad de datos podría ser, a primera vista, imposible de manejar; sin embargo, la inteligencia artificial puede acudir al rescate. Según una investigación publicada en la revista Cell Systems, se está buscando un método para encontrar un fármaco «inteligente».
Pero, ¿qué es un fármaco «inteligente»? Se trata de un fármaco que se dirige a las células cancerosas sin dañar las sanas, un ataque «dirigido». El tratamiento médico de los tumores, aunque ha avanzado mucho, lucha terriblemente por actuar de forma no destructiva para el organismo del paciente, dañando un poco de todo en un intento de combatir el cáncer.
Se está investigando con inteligencia artificial que aprende automáticamente a sondear catálogos de proteínas presentes en el tumor del paciente y en los tejidos sanos. Cuando la combinación de proteínas coincide con las del tumor, el fármaco ataca ad hoc, destruyéndolas.
La inteligencia artificial en cuestión se llama SynNotch y es altamente personalizable. Los científicos de este campo intentan utilizar la IA en cuestión para estudiar tumores, especialmente el melanoma. Partiendo de la diapositiva, la IA es capaz de detectar cambios genéricos útiles para elegir qué terapia adoptar. Las cifras son asombrosas: 17.000 imágenes asociadas a 28 tipos diferentes de cáncer, correlacionadas con datos genómicos.
La evolución de esta inteligencia artificial se llama DrugCell y es capaz de conectar la terapia farmacológica correcta con un tumor. La IA en cuestión opera sobre miles de líneas celulares, produciendo conexiones con 600 tipos de fármacos. Medicina, en definitiva, de alta precisión. Imposible con las prácticas de, digamos, hace diez o veinte años. Una revolución silenciosa, considerada imposible por muchos.
En general, se recurre a la inteligencia artificial para establecer la identidad del tumor en cuestión y proceder en consecuencia, ideando esquemas ad hoc. La clave es de nuevo la personalización. A cada paciente, «su» cura.