Las baterías de litio se utilizan en muchos ámbitos. Pero, ¿cuándo se vuelven peligrosas, o incluso «explosivas»?
Las baterías de litio se han convertido en un componente indispensable de nuestra vida moderna, ya que alimentan una amplia gama de dispositivos, desde teléfonos móviles a ordenadores portátiles, pasando por patinetes eléctricos e instrumentos médicos. Sin embargo, a pesar de las muchas ventajas que ofrecen, estas baterías pueden presentar importantes riesgos para la seguridad, incluido el peligro de explosión, aunque este fenómeno se produce con bastante poca frecuencia.
Para comprender los peligros potenciales de las baterías de litio, es importante examinar y, por tanto, conocer su estructura y funcionamiento. Las baterías de litio contienen electrodos positivos (cátodos) y electrodos negativos (ánodos) separados por un separador impregnado de electrolito. Durante la descarga y la recarga, los iones de litio se desplazan por el electrolito entre los electrodos, generando energía.
Las baterías de litio pueden explotar o incendiarse debido a diversos factores, como cortocircuitos internos: una rotura del separador entre los electrodos puede provocar un cortocircuito interno, generando calor y, potencialmente, chispas que inicien un incendio; sobrecarga o sobredescarga: la sobrecarga o la descarga completa pueden provocar la formación de depósitos de litio en el cátodo, aumentando el riesgo de cortocircuitos y sobrecalentamiento.
Altas temperaturas: la exposición a temperaturas extremas o la acumulación de calor interno pueden provocar la liberación de gases inflamables del electrolito y provocar un incendio o una explosión; daños físicos: una batería dañada o doblada puede provocar un contacto accidental entre los electrodos, lo que puede provocar cortocircuitos y, potencialmente, un accidente.
Para minimizar el riesgo de accidentes con baterías de litio, es esencial tomar ciertas precauciones, como evitar temperaturas extremas: mantener las baterías de litio alejadas de fuentes de calor excesivo o frío intenso, ya que las temperaturas extremas pueden afectar a la estabilidad química; utilizar cargadores adecuados: utilizar únicamente cargadores suministrados por el fabricante o certificados para el dispositivo específico, para evitar sobrecargas y sobredescargas.
Evitar daños físicos: proteger las pilas de golpes, caídas o presiones excesivas que puedan dañarlas; vigilar los signos de deterioro: sustituir inmediatamente las pilas que muestren signos de hinchazón, sobrecalentamiento u otros problemas.
Limitar la carga durante la noche: evite dejar los dispositivos cargando durante la noche o durante largos periodos sin supervisión. En conclusión, aunque las baterías de litio ofrecen una potente fuente de energía para muchos dispositivos, es importante tratarlas con precaución y respeto. Comprender los peligros potenciales y tomar las medidas preventivas adecuadas puede ayudar a minimizar el riesgo de accidentes y contribuir a un uso cotidiano más seguro de estas baterías.