En los últimos tiempos ha crecido la pasión por el uso de la freidora de aire en la cocina: ¿es este electrodoméstico realmente tan saludable como la gente cree?
Mucha gente se pregunta si el uso frecuente de la freidora de aire aporta algún beneficio para la salud o si este pequeño electrodoméstico que ha entrado en los hogares de casi todos los españoles en realidad hace más mal que bien.
El método de cocción de la freidora de aire promete alimentos con el mismo sabor que si estuvieran fritos, pero sin utilizar grandes cantidades de aceite. De hecho, la comida frita siempre se ha asociado con mucha grasa y una dieta poco saludable.
Por eso, la freidora de aire ha tenido mucho éxito, sobre todo entre quienes no quieren renunciar a la comida crujiente: este aparato utiliza la acción del aire a altas temperaturas y permite usar muy poco aceite. Pero hay quien sostiene que incluso este método de cocción no es del todo positivo, ya que transforma las propiedades nutritivas de los alimentos que comemos.
Una famosa dietista de Nueva York, Natalie Rizzo, duda del uso de las freidoras de aire: la experta en nutrición calificó de «demasiado alto» el intervalo de temperaturas entre 150 y 200 °C, en el que funciona la freidora de aire. A estos niveles de temperatura, según Rizzo, los alimentos podrían producir un compuesto tóxico llamado acrilamida, producido por una reacción química en la que intervienen azúcares y el aminoácido asparagina.
Los alimentos con mayor riesgo de formación de acrilamida serían los carbohidratos y, en particular, los productos derivados del cacao, como el chocolate negro, el pudin, la leche con chocolate, las barritas, las mezclas de café y los rellenos de pasteles de chocolate. No sólo eso: la acrilamida también podría estar presente en el café tostado y en el café molido en polvo y también podría formarse en productos a base de harina como galletas saladas, galletas, cereales, tostadas, pan crujiente y patatas.
En resumen, hay que tener mucho cuidado con todos los alimentos que se cocinan a temperaturas superiores a 120 °C. Aunque la fritura básica con aire es más saludable que la fritura tradicional, las altas temperaturas siguen siendo peligrosas.
Por eso, según la dietista neoyorquina, hay que procurar introducir muy pocos alimentos cocinados a altas temperaturas en la dieta diaria. Por lo tanto, incluso la freidora de aire debe utilizarse con moderación, incluyendo en la dieta alimentos «fritos» sólo de vez en cuando.