¿Ponerse enfermos en vacaciones? No es mala suerte, hay que tener cuidado: lo dice la ciencia
¿Ponerse enfermos durante las vacaciones? Todo es cuestión de desánimo: he aquí de qué se trata y cómo combatir este efecto.
Suele pasar echar la culpa a la mala suerte cuando algo arruina el momento de relax: se espera tanto el fin de semana libre o las vacaciones sólo para caer enfermos sin ninguna explicación real.
Sin embargo, parece haber una explicación científica para lo que parece ser sólo un caso de desafortunada coincidencia.
El efecto decepción, también conocido como enfermedad del ocio, es un fenómeno que se produce cuando caemos enfermos durante las vacaciones o los fines de semana.
Varios estudios hablan de ello y coinciden en que puede contrarrestarse adoptando buenos hábitos diarios.
El efecto decepción: cuando la enfermedad en vacaciones no es sólo una desafortunada coincidencia
Según Marc Shoen, psicólogo y profesor de la Facultad de Medicina Geffen de la Universidad de California en Los Ángeles UCLA, el efecto decepción es una afección común en la que uno puede sentirse mal o enfermar después de acontecimientos estresantes, como un periodo de trabajo o estudio intenso. También puede ocurrir después de acontecimientos positivos, como una boda o una competición deportiva.
En momentos de estrés, el cuerpo produce altos niveles de las hormonas cortisol y adrenalina. Estas hormonas ayudan a movilizar la energía y refuerzan el sistema inmunitario para hacer frente al estrés. Sin embargo, cuando el estrés disminuye repentinamente, nuestro sistema inmunitario baja sus defensas, haciéndonos más susceptibles a virus y bacterias.
Cómo evitar el efecto decepción: buenos hábitos de vida sana con poco estrés
Para evitar este efecto, el Dr. Schoen sugiere desestresarse progresivamente manteniendo la mente o el cuerpo activos. Esto puede hacerse mediante ejercicio, como un footing diario, un paseo a paso ligero de 20 minutos o subir y bajar tres tramos de escaleras. Las actividades mentales, como los crucigramas o los juegos matemáticos, también pueden ser útiles.
Otra estrategia eficaz es la práctica de ejercicios de respiración. Ralentizar conscientemente nuestra respiración y respirar por el abdomen puede reducir el ritmo cardíaco y la presión arterial, y ralentizar las ondas cerebrales. Por último, es importante introducir en la rutina diaria actividades desestresantes como pasear al aire libre y bajo el sol, escuchar música relajante, dormir con regularidad y dedicarse tiempo a uno mismo y a sus aficiones. En conclusión, el efecto bajón no es un simple caso de mala suerte, sino un fenómeno relacionado con nuestro sistema inmunitario y nuestra respuesta al estrés. Afortunadamente, controlando cuidadosamente el estrés y adoptando hábitos saludables, podemos reducir la probabilidad de caer enfermos durante nuestras ansiadas vacaciones.