Hoteles y superstición: los directores omiten deliberadamente algunos números de habitación.
No es verdad, pero yo lo creo. Esta es la expresión que hizo famosa el conocido Príncipe de la risa, Totó, y que se utilizaba para subrayar el hecho de que, sin ceder a supersticiones y creencias populares, siempre es mejor tomar las propias precauciones. A raíz de esto, también se puede entender toda la creencia que rodea a los hoteles y sobre la que se proyecta el simbolismo de los números.
Aunque parezca un fenómeno tonto y superficial, los rumores populares sobre los números y su significado han influido en el alma humana hasta tal punto que los directores de hoteles tienen que tomar ciertas medidas. De hecho, a menudo podemos observar que los hoteles omiten ciertos números de habitación, prefiriendo evitar atribuir cierta fama a una habitación en detrimento de otra.
Así, observaremos directamente la omisión de un número que se evita, o incluso la repetición del número anterior en formato -bis. En concreto, se evitan los números de habitación 13 y 420. Pero, ¿por qué?
En cuanto a la habitación nº 13, las creencias están relacionadas con la superstición que conlleva el número 13. Siempre se ha dicho que el 13 trae mala suerte, aunque el significado negativo del número procede más del extranjero que de España. Es precisamente en el continente americano donde las leyendas sobre el número 13 y las historias de terror suelen girar en torno al viernes 13 en particular. Sin embargo, estas leyendas se han extendido a muchos países y, por tanto, uno no se sorprende si al recorrer los números de las habitaciones a lo largo del pasillo de un hotel se encuentra con los números 12, 12-bis, 14, etcétera.
La habitación nº 420, en cambio, se evita por razones de altura. De hecho, en los años 70, un grupo de jóvenes californianos empezó a utilizar este número como código para indicar que se podía fumar cannabis. Desde entonces, el número en cuestión se ha convertido en una especie de símbolo de la marihuana. Por este motivo, los operadores evitan dejarlo disponible y omiten la numeración, o como mucho especifican muy claramente junto a ella la prohibición de fumar.
Los hoteleros evitan anunciar estas habitaciones por diferentes motivos. En el caso del número 13, suelen querer evitar tener siempre una habitación vacía, ya que mucha gente rechaza las reservas antes de ese número. En cambio, en el caso del número 420, la necesidad es más bien ahorrarse tener que volver a llamar a los clientes atrapados por el entusiasmo.
También hay muchos hoteleros que, en cambio, se suben a la ola de los rumores sobre estos números, por lo que dejan las habitaciones en cuestión y las decoran temáticamente para que resulten irónicas.