Adiós a los paneles solares y al gas: así se tendrá agua caliente en toda la casa y sin facturas
¿Qué alternativa a la calefacción de gas? Hay una solución muy sencilla, pero a la que casi ningún ciudadano recurre. Descubrámosla juntos.
¿Quién no lo ha dicho alguna vez, sobre todo llevado por la frustración? Las facturas de gas son a veces tan abultadas, tan desorbitadas, que uno se pregunta si no sería más fácil deshacerse de calefactores y calderas y alimentarse con una vieja y sana chimenea. En realidad, lo que puede sonar a fantasía es una realidad para muchos otros; de hecho, es posible calentarse con una caldera de leña. Y no estamos hablando de antigüedades de la abuela o versiones del Viejo Oeste, sino de modelos ultratecnológicos y eficientes.
En general, las calderas de leña son ideales para quienes tienen acceso directo al combustible; por ejemplo, un patio trasero con bosque o un amigo que vive en el campo. El combustible, aunque fluctúa de precio, suele estar disponible a un precio justo, si no asequible. Además, quemar madera produce menos CO2 que el petróleo y el gas.
Pero, ¿cómo se construye una caldera de leña? Suelen tener una cámara de carga, una cámara de combustión de turbulencia para altas temperaturas, un intercambiador de calor que transfiere el calor producido al agua y, por último, un regulador de combustión. Los modelos más modernos están construidos para aprovechar al máximo cada trozo de leña.
Las mejores calderas suelen fabricarse en Austria y son modelos grandes, lejos de las estufas en las que estamos acostumbrados a pensar. Pueden contener hasta medio metro de troncos de leña y, por tanto, no hay que rellenarlas más de una o dos veces al día. Además, ya no son modelos de hierro y metal, sino que pueden manejarse a través de pantallas táctiles, como un electrodoméstico moderno.
El nuevo reto de las calderas de leña
Otro elemento poco considerado, pero crucial en estas circunstancias, es por supuesto la contribución de los incentivos. En efecto, existen diversas subvenciones estatales, regionales e incluso municipales por tener una caldera de leña. De hecho, a menudo se agrupan con las bombas de calor y, por increíble que parezca, se consideran «respetuosas con el medio ambiente».
España se encuentra entre los países de Europa cuyos planes nacionales facilitan y hacen más asequible a los consumidores la sustitución de los viejos aparatos que utilizan combustibles fósiles por las modernas calderas y estufas de pellets.
Entre los planes de ayuda actuados en el país destaca el Programa RD 477/2021, cuya ayuda varía y depende de varios factores. La subvención máxima para las estufas de pellets puede alcanzar hasta el 50% del coste y hasta el 25% cuando se trata de calderas de pellets individuales.