«Este planeta cambiará la historia»: Fue descubierto así | Es único
El planeta Halla, su existencia misma es un misterio. Descubramos juntos por qué fascina este planeta (y desespera a los astrónomos de todo el mundo).
Todavía hay innumerables misterios en la galaxia: estrellas por descubrir, planetas por analizar, agujeros negros por resolver. Entre los muchos misterios que la ciencia se esfuerza por comprender se encuentra el extraño planeta Halla. De hecho, se trata de un planeta que, según los astrónomos, no debería haber existido.
El planeta en cuestión fue descubierto en 2015, cuando un grupo de investigadores de Corea del Sur analizó un cuerpo celeste cercano a la estrella 8 Ursae Minoris. El planeta pronto fue rebautizado como Halla, en honor a la montaña coreana más alta. El planeta se encuentra a unos 520 años luz de la Tierra, a su vez en la constelación de la Osa Menor. A su vez, la estrella pasó a llamarse Baekdu, siguiendo de nuevo la terminología coreana, en referencia a la tradición mitológica del país.
El planeta tiene una órbita circular, de 93 días de duración, y se encuentra a 0,46 unidades astronómicas de la estrella 8 Ursae Minoris. Está, por tanto, muy cerca; mucho más cerca que la Tierra del Sol, por ejemplo. La composición de Halla es gaseosa, similar a la de «nuestro» Júpiter.
Sin embargo, el elemento extraño, si se quiere misterioso, es otro. En efecto, la proximidad de Halla es inferior al tamaño de la estrella cuando era, en su época, una gigante roja. La estrella, en su fase de expansión, debería por tanto haberse «tragado» y destruido a Halla; sin embargo, el planeta sigue ahí, intacto y nada pequeño. ¿Qué fue lo que ocurrió?
La (extraña) supervivencia de Halla: todas las explicaciones
Un estudio publicado en Nature plantea la fascinante hipótesis de que el sistema solar de Halla era originalmente binario, con dos estrellas. Sus soles se habrían fusionado, salvando a Halla de formar parte de la gigante roja.
La hipótesis predice, por tanto, que había una segunda estrella, alrededor de la cual orbitaba Halla cuando la estrella primaria se convirtió en gigante roja, se limitó a absorber a la estrella más pequeña, sin dañar el cuerpo celeste que tenía al lado. Una circunstancia afortunada; y quizá sea precisamente por eso por lo que el estudio no ha convencido del todo a la escena astronómica internacional.
Existe otra hipótesis mucho más sencilla: también podría ser que Halla surgiera de una nube de gas y polvo estelar en una etapa posterior, constituyendo así un planeta de los llamados de segunda generación. En este sentido, sería un planeta joven, nada más que un «niño» entre los grandes cuerpos celestes.