Calambres nocturnos: a qué se deben y cuáles son los remedios más eficaces
Despertarse repentinamente a causa de calambres nocturnos es una experiencia muy desagradable que sufre un gran número de personas. Intentamos analizar cuáles son las posibles causas, pero sobre todo, identificar los remedios más eficaces.
Quienes los padecen saben que los calambres nocturnos son episodios repentinos muy dolorosos. Son contracciones musculares involuntarias que atacan de repente, durante el sueño. Las zonas más afectadas son los músculos del muslo, la planta del pie y la pantorrilla, pero no es raro que se produzcan en las manos o en el abdomen y el estómago.
Los desencadenantes de los calambres nocturnos pueden ser muchos, los principales incluyen casos de:
- deportes y actividades físicas demasiado intensas durante el día;
- deshidratación;
- mala alimentación;
- estrés intenso;
- síntomas de cambio estacional debidos a cambios bruscos de temperatura;
- mantener la misma posición o una tensión continua durante mucho tiempo;
- problemas vasculares o nerviosos.
Estos trastornos también pueden aparecer debido al avance de la edad o estar estrechamente relacionados con la toma de determinados medicamentos. Los calambres nocturnos también pueden ser un trastorno típico del embarazo, en este caso asociado a desequilibrios electrolíticos y a una circulación venosa reducida. Identificar sus causas es sin duda un primer paso para actuar con más seguridad sobre estas contracciones musculares repentinas o, mejor aún, prevenirlas con los remedios más eficaces.
Calambres nocturnos: los remedios más eficaces
Sufrir un calambre durante el sueño es una experiencia muy dolorosa, pero, afortunadamente, existen remedios muy eficaces para aliviar este molesto problema. De hecho, basta con seguir unas pequeñas medidas durante la rutina diaria para contrarrestar su aparición y evitar dolores y despertares frecuentes durante la noche.
Lo ideal para quienes sufren estas dolencias es, en primer lugar, hidratarse correctamente y seguir una dieta sana, prefiriendo alimentos que contengan minerales esenciales. Un buen hábito, sobre todo para quienes practican actividad física, es hacer los estiramientos adecuados, tanto antes como después de los entrenamientos y, si es necesario, tomar suplementos ad hoc para los calambres nocturnos.
Si, a pesar de todo, las molestias persisten de forma desagradable, puede ser útil consultar al médico. En cualquier caso, cuando le sobrevenga una contracción muscular repentina, es aconsejable agarrarse la pierna o el pie con las manos, intentando estirar los músculos afectados. Generalmente duran unos minutos y, una vez que el dolor ha remitido, es aconsejable caminar un poco y hacer algunos ejercicios de estiramiento.