Un descubrimiento increíble, una civilización antigua: los detalles del nuevo hallazgo arqueológico suenan más a material de película que a realidad. Pero todo es verdad.
Desde las profundidades de los océanos hasta las profundidades de la tierra. el mundo que nos rodea está aún por descubrir, las maravillas que nos aguardan están aún sólo parcialmente sin explotar. A medida que mejoran nuestras herramientas tecnológicas y aumenta nuestra capacidad de análisis, descubrimos que hay muchos más restos, muchas más supervivencias arqueológicas de lo que sería natural pensar. El mundo que nos rodea, en definitiva, está a la espera de ser descubierto; y nuevo, esta vez de verdad. Los Indiana Jones pueblan nuestras pantallas.
¿Quién se acuerda de los hititas? Eran un pueblo guerrero que tuvo un imperio entre los lejanos siglos XVII y XII a.C. Estaban presentes en Siria y en la península de Anatolia, donde ahora domina otro imperio, el Estado autocrático de Erdogan, Turquía.
Los hititas eran gente dura; entre los muchos a los que se enfrentaron, podemos recordar incluso al poderoso reino egipcio de los faraones, con el mismísimo Ramsés II. Sin embargo, como todos los imperios, fue destruido en algún momento; y alrededor del año 1200 a.C., se estima, tuvo lugar la destrucción del imperio de Anatolia.
Sin embargo, no fueron los faraones quienes destruyeron la civilización hitita, sino los igualmente misteriosos pueblos del mar, pertenecientes a la Edad del Bronce. Las continuas invasiones, a largo plazo, desgastaron profundamente a los hititas; y de ellos quedaron los extraordinarios artefactos de bronce y muchos aspectos culturales que se transmitieron a civilizaciones posteriores.
Este es el contexto del descubrimiento por un grupo arqueológico mixto de turcos e italianos del yacimiento de Uşakli Höyük. En la zona se extrajo de las entrañas de la tierra una gran estructura en forma de círculo; según algunos, una prueba clara de que este lugar es en realidad la ciudad sagrada hitita, la mítica Zippaland. Sin embargo, los arqueólogos serios afirman que es demasiado prematuro especular; mejor andar con pies de plomo, no se trata necesariamente de un centro de poder hitita.
Si miramos los datos a favor, la ubicación de la estructura circular al norte del templo, cerca del río que discurría junto a las murallas, parece confirmar la hipótesis; y en otras excavaciones sobre la civilización hitita estaban completamente ausentes estructuras tan grandes y peculiares. Según la teoría más popular, que repetimos sin ninguna base científica, se trataría del templo del dios de la tormenta Teshub.
Mientras tanto, a medida que continuaban las excavaciones, también se hallaron titánicos muros escalonados alrededor del plano de la ciudad hitita. Tampoco faltaban las icónicas tablillas cuneiformes.