Hallazgos, esta estatua nunca se había visto antes: es antigua
Se ha encontrado en México una nueva estatua dedicada a una deidad maya. Un hallazgo singular y bastante precioso. Descubramos juntos de qué se trata.
Normalmente no se asocia a México con el paraíso de la arqueología, pero escondidos entre las arenas y selvas del desafortunado vecino de Estados Unidos yacen grandes tesoros ocultos, pertenecientes a la tradición histórica de los mayas. Pirámides enterradas por la vegetación, catacumbas ocultas bajo tierra, etcétera. Un legado que ni siquiera la brutal conquista de los conquistadores, con sus acciones genocidas y colonizadoras, consiguió sofocar.
En este contexto se ha descubierto recientemente una estatua maya perfectamente conservada que representa al llamado «Dios de la Muerte». La estatua data de hace 1.400 años y fue hallada por accidente; en realidad, los obreros estaban construyendo una nueva vía férrea de conexión.
No es raro que esto ocurra; como en muchos países, las obras de infraestructura en México se bloquean a menudo debido a hallazgos arqueológicos tan ricos como prestigiosos. Al fin y al cabo, los mayas gobernaron esta tierra durante siglos; es natural que su legado sobreviviera oculto, enterrado en las entrañas de la tierra.
El descubrimiento tuvo lugar concretamente en el yacimiento arqueológico de Balamkù, donde anteriormente se habían observado los restos de una antigua ciudad maya, envuelta en vegetación. El ferrocarril en cuestión debía conectar con la cercana ciudad de Conhaus. Un descubrimiento que sorprendió un poco a todos.
Todos los secretos de la estatua maya, un hallazgo extraordinario
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ha realizado los primeros estudios de la estatua maya en cuestión, señalando que fue tallada en piedra caliza y mide 25 centímetros de alto. Los arqueólogos han confirmado la hipótesis inicial de que se trata de una representación del «Dios de la Muerte».
Pero, ¿por qué la estatua en cuestión representa al dios de la muerte? La «pieza» presenta una figura sentada, con una máscara en la cabeza y una gran nariguera. El cráneo muestra los signos clásicos del alargamiento de la cabeza, una costumbre típica de la sociedad maya.
Por lo general, el dios maya de la muerte se representa como un esqueleto que sostiene una brasa encendida, con la intención de bailar; de lo contrario, se presenta como un hombre con, alrededor del cuello, un collar de «muerte» compuesto por pupilas humanas. Un detalle bastante macabro. En el caso de la estatua en cuestión, la atribución parece controvertida, falta el detalle «divino». Sólo queda esperar nuevos detalles.