El terror de los volcanes: después de los terremotos, son la demostración más clara del terrible poder que encierra la naturaleza. Descubrimos juntos el último volcán «en observación».
Después de los terremotos, los volcanes son el segundo ejemplo por excelencia de peligro «latente», al que se presta muy poca atención. Sin embargo, Europa está llena de volcanes y no son ni montañas inofensivas ni fuegos latentes casi apagados. El riesgo de una erupción devastadora está siempre a la vuelta de la esquina.
En el caso que nos ocupa se trata de un volcán que ha permanecido «dormido» desde 1985, cuando su erupción causó 25.000 muertos. Se trata del Nevado del Ruiz, que ya ha registrado 6.000 temblores diarios en Colombia, lo que ha provocado la evacuación de 2.500 familias de la zona. Sin embargo, estas cifras son insignificantes comparadas con el área que podría verse afectada; casi 57 mil personas, a lo largo de seis provincias diferentes.
La última erupción, a mediados de la década de 1980, mató a más de 25.000 personas y fue la cuarta más mortífera de la historia de la humanidad, con personas sepultadas bajo avalanchas de ceniza y lapilli. Según los expertos, los temblores de las últimas semanas están relacionados con el magma que se desplaza por el volcán, preparándose para la próxima erupción devastadora.
La erupción de 1985 no fue gigantesca, pero liberó un calor inmenso, tal que provocó el deshielo del glaciar circundante y, en consecuencia, una avalancha de lodo, suficiente para sumergir las aldeas locales. Sin embargo, el desplazamiento de la población no parece fácil, porque muchos están atados a su tierra, de la que también obtienen su supervivencia. La evacuación también tendrá que incluir los rebaños y el ganado que crían las familias.
El volcán de Colombia, hoy «vigilancia especial», data de hace 150.000 años y se encuentra a sólo 128 km de la capital, Bogotá. Lejos, pero no muy lejos de uno de los principales núcleos de población de la región.
Sin embargo, muchos lugareños no tienen intención de moverse, están convencidos de que no pasará nada; «No me asusta porque ya ha entrado en erupción una vez», declaró un granjero local al Daily Mail. Sin embargo, las autoridades han decidido que, si los adultos quieren quedarse durante la erupción, los menores de 18 años deben al menos marcharse, ser rescatados. En resumen, si no los padres, al menos los niños.
Actualmente, tras los últimos temblores, el volcán ha empezado a exhalar columnas de humo, primero blanco y después de ceniza. No es la primera vez que esto ocurre y no siempre es señal de erupción, pero desde luego no tranquiliza.