El progreso tecnológico, como hemos dicho una y otra vez, ha cambiado a menudo las reglas del juego en muchos ámbitos.
Baste pensar en la difusión cada vez más amplia de Internet, que ha permitido varias resoluciones importantes. En primer lugar, recordemos la introducción de las redes sociales, encabezadas respectivamente por Facebook, Twitter, Instagram y Tik Tok para los segmentos más jóvenes de la población. Además, recordemos también la llegada de los smartphones, que inevitablemente cambiaron nuestras vidas tal y como las concebíamos.
Otro cambio importante que hemos presenciado en los últimos 10 años es, sin duda, el cambio y la transición gradual de los métodos de pago. En efecto, si hasta hace unos años utilizábamos dinero en efectivo, ahora éste se ha ido sustituyendo gradualmente con el tiempo por el uso de pagos electrónicos, que se realizan regularmente con tarjetas de crédito o débito.
Esta transición gradual se ha visto acentuada, entre otras cosas, por el creciente éxito de los portales de comercio electrónico (como Amazon, MediaWorld, Unieuro, Trony, Euronics, etc.), que han incrementado aún más su uso.
A esto hay que añadir la introducción de chips NFC en el interior de los smartphones de última generación que, gracias al uso de servicios propios (como Apple Pay, Google Pay, Samsung Pay, etcétera), permiten realizar pagos rápidos y ágiles en cuestión de segundos, sin tener que pasar necesariamente la tarjeta de crédito.
Es evidente que esto ha provocado cambios significativos y notables en España: en los últimos meses hemos asistido, por desgracia, a la disminución gradual de los cajeros automáticos, que este año también siguen disminuyendo. Aunque esto no representa un gran problema para los jóvenes, sí lo es para las personas mayores, que siempre han estado acostumbradas a pagar con dinero en efectivo. Dado el cierre progresivo de cajeros automáticos en pequeños municipios de toda España, las personas mayores se verán ahora obligadas a recorrer decenas y decenas de kilómetros para llegar a la sucursal bancaria más cercana y poder sacar dinero.
A esto se han sumado en el último periodo diversas alternativas de pago digital, como Satispay, que mediante sencillas apps y códigos QR permite el pago sin contacto en un gran número de establecimientos comerciales, y cuya actividad (y consiguiente volumen de negocio) parece estar en continuo aumento.
En este momento sólo queda esperar a los próximos meses para ver cómo evoluciona la situación de los medios de pago en España y el cierre progresivo de los cajeros automáticos.