Descubre la deliciosa y refrescante experiencia del salmorejo, un plato tradicional que conquista paladares con su sabor único.
Cuando llega el verano y los primeros días de calor, lo primero que se nos viene a la cabeza son las comiditas ricas que pueden sentarnos bien en esos días de bochorno. Esas comidas son básicamente el gazpacho y el salmorejo, que más de una vez nos han sacado de un apuro. También podemos tomar otras sopas frías, como la crema de calabaza.
El famoso plato cordobés ha cautivado a toda España, convirtiéndose en un entrante tradicional de nuestra dieta. Esta opción refrescante y nutritiva es una alternativa popular para combatir el calor, destacando por su sabor y valor culinario.
Esta elección no solo refresca, sino que también ofrece numerosos beneficios. Con solo 100 kcal, aporta minerales como el potasio y el sodio, antioxidantes como los licopenos del tomate, polifenoles del aceite de oliva para la salud cardiovascular, vitaminas C, E y del grupo B, además de ácido fólico.
Estos nutrientes son especialmente beneficiosos para las embarazadas. A diferencia del jamón, chorizo o salchichón, el tomate no está prohibido durante el embarazo. Durante esta etapa, es crucial optar por frutas de temporada para mantenernos adecuadamente hidratadas.
Existen diferentes variedades de salmorejo que destacan por su sabor característico. Sin embargo, su hermano tradicional, y el que se lleva tomando toda la vida en Córdoba, se mantiene en una única versión. Aquí te presentamos una receta de tres pasos simples y rápidos que cautivará a todos tus comensales.
¡Prepárate para sorprender a tus comensales con un salmorejo espectacular! Reúne los siguientes ingredientes: 1 kilo de tomates jugosos, 1 dl de aceite de oliva extra virgen, 2,5 dl de agua fresca, 1 ajo, 2 huevos frescos, 2 lonchas de jamón serrano o jamón picadito, 200 g de pan duro, una pizca de vinagre y sal al gusto. ¡Delicioso en cada cucharada!
¡Descubre los secretos de un salmorejo perfecto en solo unos pasos! Primero, corta el pan sin corteza y déjalo remojar. Mientras tanto, cocina y pela los huevos. Luego, pela y pica un ajo pequeño. Corta los tomates en trozos. Escurre el pan y mezcla con tomates y ajo. ¡Tritura todo con la batidora y disfruta de la perfección en cada sorbo!
Después de mezclar los ingredientes estelares, añade el mágico toque de aceite, sal y un chorro de vinagre. ¡Mezcla con pasión! Luego, agrega los huevos duros desmenuzados y unas irresistibles virutas de jamón serrano. ¡Sirve este manjar refrescante y delicioso en todo su esplendor!