A menudo se confunde la pereza con la desgana, creyendo que quien la padece carece de fuerza de voluntad. Un significado totalmente negativo, pero, según la ciencia, la realidad es bien distinta y le dejará sin palabras.
¿Qué es la pereza? ¿Existe realmente? Los estudios han demostrado que las personas perezosas no son aquellas que no tiene ganas de hacer nada. La explicación es más compleja, veamos cuál es.
¿Qué es realmente la pereza?
Según los expertos, cuando la gente habla de pereza, está definiendo una condición abstracta e inexistente. En realidad, las personas que sé tomando su tiempo están siguiendo un hábito saludable o una forma de protegerse de una situación estresante. De hecho, ningún libro de texto de psicología menciona la pereza como una patología, por lo que no puede considerarse un trastorno ni un síntoma de problemas de personalidad o enfermedad mental.
¿Qué es exactamente la pereza? ¿Significa estar desganado o tener el hábito de posponer siempre lo que uno tiene que hacer? ¿O tener una pereza absoluta para realizar acciones o no tener ganas de hacer nada? De hecho, se describe a una persona como perezosa si parece evitar hacer cualquier cosa o actividad que implique el más mínimo esfuerzo. Sin embargo, según los biólogos que han estudiado el fenómeno, este comportamiento es completamente normal.
Basta con observar cómo muchos animales pasan la mayor parte del tiempo holgazaneando. Por tanto, según la ciencia, la pereza forma parte de la evolución y representa una forma de conversación de la energía más que una falta de fuerza de voluntad. Los experimentos demuestran que la concentración se dirige más hacia lo que da satisfacción inmediata, todo lo demás es percibido por la mente como inútil y, por tanto, no merece la pena esforzarse.
La exaltación del aburrimiento y de no hacer nada.
La vida moderna nos obliga a un ritmo trepidante e incesante que nos lleva a tal estrés y fatiga que anhelamos un poco de aburrimiento. Quién no ha deseado alguna vez un rato para tumbarse en ele sofá o en una hamaca en el jardín y no hacer absolutamente nada, quizá en momentos en los que hay tantas cosas que hacer.
Una encuesta internacional realizada por WIN International en 2020 mostró que un tercio de las personas sanas no practican ninguna actividad deportiva. Los científicos analizaron todos los datos e hicieron nuevas investigaciones que llevaron a comprender cómo se origina la pereza en el cerebro. La causa procede del neurotransmisor dopamina, que es capaz de influir en el sujeto actuando sobre la voluntad de hacer. Parece, de hecho, que las personas que parecen más perezosas tienen una disminución de dopamina en sus células cerebrales.
Un estudio realizado en la Universidad estadounidense de Vanderbilt ha llevado a los investigadores a hacer algunos descubrimientos sorprendentes. Entre ellos, el descubrimiento de cómo la cantidad de dopamina presente en tres zonas distintas del cerebro lleva a una persona a actuar de forma más o menos activa. Esta sustancia actúa de distintas maneras, llevando al sujeto a ser más eficiente en el trabajo, a comportarse de forma ética y eficaz. Mientras que si actúa más en la ínsula anterior del cerebro, la persona se comporta de forma apática que actúa con pereza aunque salga perdiendo económicamente.
La investigación analizó a 25 voluntarios jóvenes adultos, a todos los cuales se sometió a una prueba específica para determinar cuántos de ellos tenían deseos de trabajar por dinero. El resultado fue que so que tenían una cantidad elevada de dopamina en el estriado izquierdo del cerebro, así como en la corteza prefrontal ventromedial, eran más trabajadores y estaban más motivados. Por el contrario, los que tenían menos dopamina en la zona anterior eran más perezosos y estaban siempre cansados, por lo que se les consideraba vagos.