A estas alturas, los dispositivos móviles son omnipresentes en nuestras vidas y no son pocas las personas que interactúan con ellos, prácticamente, todo el tiempo. Por desgracia, suele ocurrir que tenemos el móvil en la mano no sólo cuando estamos solos y aburridos, sino también cuando estamos rodeados de otras personas, por ejemplo, entre compañeros de trabajo, en la familia o incluso con nuestra pareja.
Esta práctica nos lleva a desairar a nuestro interlocutor en un contexto social para centrarnos exclusivamente en nuestro teléfono móvil. Si alguna vez habéis tenido este impulso irrefrenable, ¡estáis sufriendo Phubbing! Término que significa «teléfono» y «desairar».
Un mal hábito que, según se afirma, tiene numerosos efectos negativos en la comunicación y en nuestra relación con las personas. Así lo confirma una reciente investigación realizada por un equipo de psicólogos de la Universidad de Kent y publicada en el Journal of Applied Social Psychology. A continuación, todos los detalles.
Se trata de una auténtica paradoja, si pensamos que se supone que el teléfono móvil es un dispositivo útil para conectarnos con personas lejanas. Sin embargo, a menudo se convierte en un medio para distanciarnos de nuestras relaciones más estrechas y cercanas. Una confirmación de los peligrosos efectos del phubbing en nuestras relaciones sociales es un estudio realizado por la Universidad de Kent, en el que participaron 153 estudiantes universitarios.
Tras presenciar una interacción de tres minutos entre dos personas, se pidió a los estudiantes que se identificaran con uno de los dos protagonistas en una de estas tres condiciones: sin phubbing, con phubbing ligero o con phubbing intenso. Pues bien, cuanto más aumentaba el nivel de phubbing, más conscientes eran los participantes de la mala calidad de la relación que estaban presenciando.
En resumen, basándose en las reacciones de los estudiantes que participaron en el estudio, los investigadores señalaron que el phubbing es a todos los efectos una forma de exclusión social que puede incluso «amenazar algunas necesidades humanas básicas, como la pertenencia, la autoestima, el sentido del logro y el control».
La buena noticia es que, al ser más conscientes de los riesgos que entraña el phubbing, aumentamos nuestra disposición y capacidad para estar con los demás de forma positiva al apartar la vista del móvil. Y si hay una llamada o un mensaje que necesariamente tienes que contestar, mejor que sea lo más breve posible.