Préstamo sin pagar, a qué se arriesga el garante: lo que dice la ley
Si tiene intención de actuar como garante, también conocido como avalista, en una solicitud de préstamo, debe saber que es muy riesgoso en el caso de que el prestatario no pague las cantidades adeudadas. A continuación, veremos lo que prevé la ley a los garantes.
Tal como sugiere la palabra, un garante es una persona que ofrece una garantía para mantener un compromiso por parte de otros. Por tanto, no se trata simplemente de una responsabilidad burocrática, sino que conlleva deberes, sobre todo si el préstamo no es pagado por el titular. De esta manera, la persona que actúa como avalista en un préstamo ocupará el lugar del deudor insolvente a todos los efectos.
Generalmente solo se solicita un garante en el caso de que el prestamista considere que la garantía ofrecida por el solicitante de un préstamo es insuficiente. De otra forma, para ser aprobado el préstamo es necesario tener un avalista que intervenga si el titular no puede pagar las cuotas del préstamo. Por tanto, si piensa ser avalista debe estar dispuesto a pagar el importe del plazo si el deudor no lo abona regularmente.
Ahora vamos a tratar de entender a qué se arriesga el garante en caso de impago del préstamo, es decir, lo que prevé la ley.
Préstamo sin pagar: ¿qué riesgos corre el garante?
Hasta aquí hemos entendido que, en algunos casos, la figura del avalista es decisiva para la aprobación de un préstamo, por lo que el cumplimiento de esta función implica varios riesgos que no deben subestimarse en absoluto. Por ejemplo, en caso de falta de pago, el garante se arriesga en primer lugar a tener que asumir el pago de la totalidad del préstamo. Asimismo, su posición frente a la entidad de crédito es exactamente la misma que la del deudor. Como consecuencia, entre los riesgos del avalista están el embargo de bienes, sin excluir los bienes inmuebles y las cuentas corrientes. Como si fuera poco, su reputación crediticia puede verse comprometida, poniendo en riesgo cualquier préstamo o financiación futuros. Por último, en caso de insolvencia fraudulenta, el garante se arriesga a ser citado ante un tribunal penal.
Por tanto, ser garante es muy riesgoso, por lo que, para protegerse de una desagradable situación de insolvencia, debe informarse bien sobre la persona por la que se compromete y cuáles son las condiciones del contrato. Y una buena idea en este sentido, sería controlar constantemente el progreso de los pagos.