Riesgos de robo de iban
Son cada vez más los ciudadanos desconfiados debido al elevado registro de estafas de los últimos años, a tal punto que hoy tenemos miedo de divulgar incluso hasta los datos más insignificantes por temor de ser estafados.
El código IBAN, las fotos junto a los números de teléfono hoy en día son datos cada vez más privados, sobre todo por los constantes ataques informáticos a las redes sociales. Y como si no bastara con esto, amenazan con publicar todos los datos si no les pagan una especie de rescate.
Claro está, existen sitios y redes sociales donde compartir fotos y algunos datos personales se acepta totalmente sin reparos. Por ejemplo, en LinkedIn se pueden compartir ciertos datos personales, como nombres de empresas, números de teléfono, currículos e incluso el historial de residencia.
Otras redes sociales como Facebook o Instagram también suelen compartir fotos o preferencias de cada usuario o de su red de amigos e incluso su ubicación actual. En este caso, las empresas han decidido elevar el nivel de privacidad debido a los escándalos que se han producido en los últimos años, aunque seguimos preguntándonos qué tipos de datos podrían llevarnos a ser víctimas de una estafa.
Entre ellos está el código IBAN, es decir, el código alfanumérico que distingue la cuenta bancaria de cada uno. Este código contiene 27 números y letras y, junto al nombre del titular y una descripción adecuada del pago, permite enviar y recibir transferencias bancarias.
Como hemos visto hasta ahora, el código IBAN se utiliza principalmente para enviar y recibir transferencias bancarias, aunque en algunos casos solo necesitas dar el código alfanumérico para la domiciliación, para liquidar facturas de servicios públicos. De esta manera, ya no tendrás que preocuparte por las facturas y los plazos, ya que las compañías cobrarán el dinero adeudado sin que tengas que intervenir siempre.
Claro está, este es el único caso donde la retirada automática del dinero de la cuenta se considera aceptada, ya que estas empresas están debidamente autorizadas a realizar las transacciones. Afortunadamente, en este caso compartir el código IBAN en sí no pone en peligro la cuenta bancaria.
Por otro lado, una de las cosas con las que hay que tener mucho cuidado es compartir las credenciales para acceder al home banking, es decir, el servicio que ofrecen los bancos para acceder a través de una app o una página web. Estas aplicaciones permiten realizar todo tipo de operaciones en la cuenta bancaria, aunque las credenciales nunca deben compartirse con nadie, ni siquiera con los empleados del propio banco, ya que podría tratarse de un intento de estafa.